Xalapa, Veracruz.- Creo que la mejor manera de recordar y rendir un reconocimiento a un periodista cuando se nos adelanta en el camino de la vida, es escribir algunas líneas para hacer una semblanza que permita mantenerlo presente entre nosotros.
Por eso, hoy, luego de que empiezo a salir de esa mezcla de coraje y asombro, que me causó el enterarme de la muerte de mi amigo y compañero Bismark del Ángel Candelario en el puerto de Tuxpan el pasado lunes, quiero compartir algunos de esos recuerdos.
Conocí a Bismarck en la redacción del Diario de Tuxpan, en las instalaciones que estaban a la orilla del río, allá rumbo a la playa, cuando llegamos a la dirección de ese periódico, unos días después de que había pasado el 13 de septiembre de 1988 el huracán Gilberto.
En ese tiempo, Bismarck era una joven reportero, de apenas 18 años, que bajo la guía de su papá el también periodista Melitón del Ángel, cubría la información de la sección policiaca, que según los maestros del periodismo, es la mejor escuela para quienes quieren incursionar en las filas del periodismo.
En reconocimiento a su capacidad y responsabilidad, nos tocó pasarlo a que cubriera la sección de información general y la primera plana del diario.
Así fue como nos tocó compartir infinidad de actividades que se dieron durante los tres años que estuvimos trabajando juntos en el puerto de Tuxpan.
Recuerdo los recorridos diarios que solíamos hacer en busca de las noticias que se generaban.
Desde las inundaciones en las colonias en la temporada de lluvias, la temporada de vacaciones, los días de semana santa, los reportajes de la zona arqueológica de Tabuco en la margen contraria del rio Pantepec, los recorridos por colonias y el boulevard, en Santiago de la Peña, sin faltar los concursos de belleza en las playas.
La lista es interminable, son muchos los recuerdos y momentos que vienen a la memoria.
Bismarck del Ángel Candelario formaba parte de eso que los maestros llaman “la infantería reporteril” que todos los días sale a buscar y encontrar las noticias.
Lamentablemente, hoy mi amigo y compañero, ha protagonizado una mala noticia, al enterarme de su partida, a los 35 años, tengo que recordar la canción de Alberto Cortés que dice “cuando un amigo se va…se lleva parte de nosotros…”
Bismarck se adelantó y se llevó parte de nosotros también.
