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jueves, 22 de mayo de 2014

Columna Casa Veracruz: Cambiando el mundo

Por Karime Macías Tubilla.

Nunca he ocultado mi simpatía por esta niña de 6 años, inteligente y reaccionaria, con quien comparto en ocasiones peinado y otras veces opinión.

Con alegría me entero que Joaquín Salvador Lavado Tejón, mejor conocido como Quino, es Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2014.

Y grande será la coincidencia que apenas ayer leía una tira cómica de Mafalda en donde la pequeña llega con un cerrajero a pedir que le haga la llave de la felicidad. El señor entrado en años le extiende la mano y con una sonrisa le dice:

“-Con mucho gusto nena, ¿A ver el modelo?”

Acto seguido Mafalda se va decepcionada mascullando como respuesta: “-Astuto viejito”.

No hay modelo para la felicidad según el homenajeado Quino. Algo de razón llevará.

Y así como Mafalda no tenía el modelo de la llave de la felicidad, al comenzar este sexenio no había modelo alguno en materia de seguridad.

Ha llevado 3 años de trabajo diario, de invertir recursos públicos (que es dinero de los veracruzanos), de formar y equipar policías confiables, de armar estrategias regionales en colaboración estrecha entre Gobierno Federal, Gobierno Estatal y Gobiernos Municipales y de dedicarle 24 horas al día al tema para lograr avances.

Desde mi óptica lo hemos hecho juntos, gobierno y sociedad. Todos los veracruzanos hemos hecho un gran esfuerzo.

Estoy segura que tal como ayer nos informaron acerca de los avances logrados en materia de recuperación de personas desaparecidas, nos seguirán informando de los demás avances que hay en todo lo que implica el tema de seguridad. Créanme cuando les digo que merece la pena conocerlos.

Solo una última idea antes de terminar esta columna: así como el gobierno está obligado a proveernos de ciertos servicios básicos, entre ellos la seguridad como una premisa fundamental, así los ciudadanos estamos obligados a actuar bajo ciertos valores que van desde no tirar basura en la calle hasta pagar el recibo del agua; respetar las leyes y dirigirnos con respeto unos a otros.

Reglas de civismo básico que habrá que poner en práctica cuanto antes, no vaya a resultar cierto lo que dijo Mafalda: “si uno no se apura a cambiar el mundo, después es el mundo el que lo cambia a uno”.