Por Miguel Angel Cristiani Glez.
A escasas dos semanas de que se lleven a cabo las elecciones de diputados federales en el estado de Veracruz, lo cierto es que las campañas de todos los partidos y sus respectivos candidatos se han visto pobres, en recursos de propaganda y acciones para lograr en principio que los electores acudan a votar el próximo domingo 7 de junio.
Los partidos políticos han utilizados los espacios que por ley les corresponden en la televisión y la radio, para convencer de que todos los otros políticos son corruptos, de que ellos son los únicos que tienen la magia que logrará acabar con esa lacra social.
Aunque lo cierto es que en todos los partidos se han dado los actos de corrupción, ahora sí, que el que esté libre que culpa que tire la primera piedra, pero aquí lo que ha pasado es que todos se arrojan piedras unos contra otros.
Los pocos candidatos que hacen como que hacen campaña, su discurso que basa en las líneas marcadas a nivel nacional, es decir que siguen con el mismo discurso, contra la corrupción, propuestas que resultan incumplibles, pero que como “suenan” atractivas las utilizan aunque nunca las vayan a hacer realidad.
Claro que todos queremos que aumenten los salarios, claro que todos queremos que bajen los impuestos, pero el problema es que si aumentan los salarios aumentan también los despidos de trabajadores y si bajan los impuestos el gobierno no tendrá dinero para cumplir los programas oficiales.
Pero cuál es la “ideología” real en que se supone deben sustentar sus acciones y políticas los partidos políticos, porque ahora pareciera que más se trata de caudillos que en su casa los conocen, que en la mayoría de los casos son perfectos desconocidos y cuando son conocidos no son muy buenos sus antecedentes.
La política se pervierte cuando deriva y profundiza lo individual sobre lo colectivo. Si camina por territorios de individualidad, la ciudadanía se irá apartando de ella, quedando convertida la sociedad en manojos de individuos aislados que serán más fácilmente dominados.
La ciudadanía no necesita de individuos “políticos” que se sientan iluminados por encima del pueblo, requerimos de gente que dentro de las organizaciones sociales luchen y trabajen para el desarrollo de la cosa pública y no charlatanes que vengan a inventar con ocurrencias las políticas a seguir.
Los ciudadanos deben de poder intervenir en las actividades públicas y poder ejercer las decisiones correspondientes, ser parte de los partidos, sindicatos, ayuntamientos y organizaciones que en la actualidad tienen una muy pobre militancia.
Hasta ahora algo está fallando en las organizaciones, en su forma de ser, en su filosofía, por lo que tal vez sea el momento de dar un golpe de timón en las organizaciones para tratar de movilizar a la ciudadanía hacia una correcta forma de actuar, logrando con ello volver al rumbo que ahora tienen extraviado.
Dice el filósofo del pueblo Pancho López
Que si los partidos políticos y sus candidatos no logran convencer al electorado con sus propuestas que más que nada son acusaciones en contra de sus adversarios, la ciudadanía no habrá de acudir a depositar el voto el próximo 7 de junio.
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