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lunes, 30 de mayo de 2016

La caricatura, elemento imprescindible del periodismo

Marcos Cruz Morales “Tlacuilo”

Veracruz es un estado que ha aportado grandes caricaturistas a la historia gráfica de nuestro país. Uno de ellos es considerado por muchos como el más grande de todos los tiempos, nos referimos a Ernesto García Cabral, nacido en 1890 en la ciudad de Huatusco.
Otro de más, es el maestro Rafael Freyre Flores, nacido en el Puerto Jarocho, en 1917
La ciudad de Xalapa, vio nacer a otro de los grandes, al maestro Helio Flores Viveros, en el año de 1938
Otro maestro fue Ramón Valdiosera Berman, apreciado por su excelente trazo, nació en Ozuluama en 1918, su mayor proyección fue en el género de la historieta.
El maestro Rafael Viadana, fue otro grande, nació en Papantla en1920, él fue quién forjó la ideó la revista de “Los Supermachos” que en manos de Ríus, revolucionó la historieta en México y el mundo.
A uno de estos veracruzanos; El Chango Cabral, corresponde una de las frases más punzantes con respecto al tema, y que ilustran la solidaridad que caracteriza a la mayoría de los cartonistas.
Sucede que Cabral se encontraba departiendo con sus colegas, cuando un reportero le preguntó si se consideraba el mejor caricaturista mexicano, a lo que Cabral contestó que no, que el mejor caricaturista es el tiempo, porque no hay nadie como él, para acentuar nuestros rasgos. Tesis irrefutable, el tiempo es un caricaturista despiadado.
En el gremio, predomina la irreverencia, tanto en el trabajo gráfico, como en el trato directo. Llegando tal vez, a lo que pudieran considerarse en ocasiones excesos. Como cuando al afamado Marino (Uno de los más exitosos cartonistas nacionales y director de la Revista Rhumor), le presentaron (en sus tiempos de gloria) a la actriz Shasha Montenegro, y se disculpó por no haberla reconocido inmediatamente porque estaba vestida. Desconocemos si ignoraba quien la protegía.
O cuando el mismo personaje fue invitado a los Pinos y le preguntó al entonces presidente Vicente Fox Quesada, si él era el esposo de la presidenta Martha Sahagun.
Al parecer la segunda broma permeó demasiado, porque desde ese momento hubo una actitud oficial por parte del gobierno federal, de cerrarse a la comunicación con el gremio del centro del pais. Esa condición ha continuado hasta la fecha, con chispazos de acercamientos en fechas recientes.
Paralelo a ese aparente rompimiento, paulatinamente los medios impresos nacionales han ido cerrando espacios a los cartonistas.
Principalmente a los de la vieja guardia. Entre ellos –por citar un ejemplo- el maestro Castrux, quién causó revuelo en los tiempos de López Portillo por su caricatura que fusionaba el rostro del expresidente llorando y su residencia en “La Colina del perro”.
No sabemos a ciencia cierta si los despidos recurrentes, desde ya hace muchos años, sea una línea de los gobiernos que han estado en los Pinos, o sencillamente los editores están equivocado la estrategia al prescindir de este género, tan emblemático del periodismo; y qué a veces, incluso ha sido una catarsis de la inconformidad social.
Situémonos en nuestro estado.
Veracruz se cuece aparte, los medios impresos de nuestra tierra muestran una gran apertura al género de la caricatura, existen periódicos- como “La Política”- que recurren mayormente a la caricatura que a la fotografía, para reforzar gráficamente sus notas.
Otro diario, Notiver, establecido en este Puerto Jarocho, tuvo en sus páginas a uno de los caricaturistas más representativos de Veracruz, nos referimos a Miguel Santos Ocampo, más conocido como GUECHY.
El arraigo popular de su trabajo, era tal, que las señoras aseguraban que en su cartón diario aparecía oculto el número premiado de “la bolita” (Que es la Bolita, es una Lotería clandestina que digamos que ya no existe).
Buscaban el número con lupa minuciosamente, y juraban que lo encontraban…por cierto, de esa manera, mi tía Pina le pego varias veces al gordo.
Un periódico que no contenga caricatura no puede ufanarse de ser “un periódico”, debería buscarse otro nombre. La caricatura es parte de nuestra historia gráfica; Veracruz ha sido un importante protagonista; desde aquí desde el Puerto de Veracruz se impulsó su nacimiento (formal) a través del periódico el Dictamen, donde por cierto inició a publicar Rafael Freyre a la edad de 14 años.
La caricatura fue desde tiempos antiguos y deberá seguir siendo un elemento imprescindible del periodismo. Solo basta preguntar al lector que es lo primero que busca en un diario para reafirmarlo.
Influyó en los grandes muralistas, la gente que vivió esa época dorada les llamaba a sus murales “los monotes”, por considerarlos caricaturescos. Eso nos bosqueja el impacto grafico que contiene el género que hoy abordamos.
Dentro de los maestros muralistas y artistas de aquellos tiempos -de todos conocidos- vuelve a surgir el nombre de García Cabral, inmerso en el cerrado grupo creativo que dictó una importante época de la identidad de nuestro país.

Dentro del muralismo, de la mano de Diego Rivera, nace la Catrina; personaje retomado de José Guadalupe Posada; y que actualmente es una figura imprescindible ya de nuestras tradiciones.
Independientemente del muralismo, la caricatura ha estado presente en diversas expresiones artísticas, culturales y desde luego políticas.
Sin embargo el caricaturista muchas veces se queda en el limbo. En el Purgatorio de los moneros.
Porque dentro de ese doble papel que ejerce, de ser artista plástico pero también periodista, a veces se le escatima el reconocimiento en ambos planos.
En el campo de las artes, le debemos a un veracruzano el hecho de que la caricatura este considerada oficialmente desde 1966 como un arte mayor, cuando el maestro originario del Puerto Jarocho, Rafael “La Ranita” Freyre, expuso su obra en el Salón de la Plástica, del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Freyre también fue punta de lanza para el reconocimiento de la caricatura como género periodístico, sobre todo cuando se desempeñó como el cartonista del programa de Noticias más poderoso que ha dado la historia de nuestro país, “24 Horas con Jacobo Sadowsky.”
Situándonos en este momento.
El cartón editorial sigue teniendo una presencia importante dentro de la opinión pública, la esencia del mexicano es reírnos hasta de nuestras peores tragedias. Naturaleza fértil para que el oficio del “monero” este vigente.
Yo tengo un sueño…
(Creo que la coincidencia de color con Luter King está causando secuelas). Pero bueno, se los voy a comentar en este foro. Es la creación de opciones que lleven a preservar un registro del trabajo del cartonista, fuera de lo efímero de un periódico o de las Redes.
Los cartonistas carecemos de un lugar dentro de las instituciones encargadas de impulsar las artes en México, y eso ha dejado que mucha obra importante se pierda.
Tengo otro sueño
Que volvamos a los tiempos en que el periodismo y la caricatura sean tomados en cuenta como reflejo de la opinión social, es algo muy distinto fomentar la Libre Expresión que ignorar las opiniones.
La caricatura mucho tiempo ha sido catarsis para el lector, es el lenguaje más popular y más cercano. Un cartón editorial puede orientar también al gobernante con respecto a lo que la gente opina de él; sino que le pregunte algún medium de Catemaco a Francisco I. Madero.
Cierro respondiendo a una pregunta que me realizan recurrentemente, que a su vez fortalece el tema; “si la aparición de “los memes”, que a final de cuentas son imágenes caricaturizadas, no nos está afectando, debido a que ante un acontecimiento relevante, en tan solo unos minutos hay cientos de ellos arriba de la Red.
La respuesta es que no, al contrario, el hecho de que en las Redes de Internet existan tantas imágenes anónimas, fortalece a las imágenes que llevan la firma de un profesional de la caricatura política.
No es lo mismo el anonimato, que el soporte de una firma a la que respalda una trayectoria dentro del gremio.
La caricatura de Veracruz y de México, es sin duda de las mejores del mundo, es responsabilidad de todos fomentar su libre expresión y valorar la historia que le antecede y de la que podemos dejar constancia actualmente.
Quién gobierne a Veracruz deberá saber escuchar, saltarse la síntesis informativa y teñirse los dedos de tinta.
Quienes lo rodeen deben ser un puente para la prensa, y no el foso de los cocodrilos de los castillos medievales.

No hay peor ciego, que al que le tapen los ojos, y lo permita.