Ponente: José Luis Ortega
Vidal
Los
hermanos Jesús, Ricardo y Enrique Flores Magón fueron anarquistas.
Fundaron
el Partido Liberal Mexicano cuya base ideológica es el anarquismo, concepto que
de acuerdo a Sébastien Faure, filósofo anarquista francés, define a «Cualquiera que niegue la autoridad y luche
contra ella”.
Los Flores Magón pasaron buena parte de
su vidas presos o escapando, tanto en México como en Estados Unidos, luchando
contra Porfirio Díaz pero también contra empresarios y contra todo lo que
significara una autoridad.
Eran
radicales.
Al
mismo tiempo fueron periodistas y ejercieron un periodismo apegado a sus ideas
y su actitud de vida.
Es
muy conocido el inicio de la Revolución Mexicana impulsado por Francisco I.
Madero en 1910 pero en sentido estricto la Revolución contra Porfirio Díaz y
abocada a la construcción de un mejor México dio inicio antes: con los Flores
Magón.
En
Acayucan, al sur de Veracruz, ocurrió un enfrentamiento armado encabezado por
el oaxaqueño Hilario C. Salas.
Este,
encabezó a un grupo de indígenas de la Sierra de Soteapan el 30 de septiembre
de 1906 para tomar la plaza acayuqueña resguardada por el ejército de Porfirio
Díaz.
Hilario
C. Salas formaba parte del Partido Liberal Mexicano e impulsaba células
secretas del mismo en Sayula, Coatzacoalcos, Minatitlán entre otros sitios
sureños.
La
semilla del anarquismo había florecido en Salas que debió leer –durante sus
viajes a México para entrevistarse con los líder del Partido Liberal- “El hijo del ahuizote” y “Regeneración”, dos
periódicos proscritos durante la dictadura de Porfirio Díaz pero impulsados una
y otra vez por sus paisanos Jesús, Ricardo y Enrique Flores Magón.
Dada
la forma de pensar y la actitud de los mestizos de la región Mazateca, en
Oaxaca, que fueron los hermanos Flores Magón, seguramente habrían estado de
acuerdo en mandar al carajo a la Cámara de Diputados que 1993 decretó la
inscripción -con letras de otro- del nombre de Ricardo Flores Magón en el muro
de honor del Palacio Legislativo de San Lázaro.
Más
aún: se habrían ofendido y hubiesen protestado con una caricatura burlona encargada
a José Guadalupe Posada, por aquello de trasladar los restos de Ricardo Flores
Magón –un anarquista- a la Rotonda de las Personas Ilustres.
De
Hipócritas y corruptos -por decir lo menos- no habrían bajado a los integrantes
del Congreso.
Quizá, los
periodistas Flores Magón habrían estado de acuerdo con el nombramiento de uno de los Municipios Autónomos Rebeldes
Zapatistas de la Zona
Selva
Fronteriza en el Estado de Chiapas, bautizado en 1998 con el
nombre de "Ricardo Flores Magón" por las comunidades indígenas
tzeltales que lo forman.
Su
cabecera se encuentra Taniperla, donde se realizó un famoso Mural de Taniperla que fue ametrallado
y destruido por el Ejército Federal Mexicano al día siguiente de su
inauguración.
A
pesar de ello, hasta la fecha, el himno de este Municipio Autónomo Rebelde
Zapatista habla de la lucha y la obra de Ricardo Flores Magón.
Veracruz,
2016
En
el anarquismo la democracia no es un concepto que encaje.
Para
el pensamiento radical como el de los Flores Magón, una verdadera lucha de
transformación social exige la abolición del Estado y la Propiedad Privada.
¿Qué
pensarían sobre la muerte y desaparición de más de 20 periodistas veracruzanos
en solo una década, la última, la que va del 2006 al 2016 y en la que se
mezclan acusaciones contra el Gobierno-Estado, lo mismo que contra el
Crimen-Organizado y contra los propios periodistas que habrían renunciado al
espíritu de su oficio y para vender –presuntamente- su alma y pluma a la
delincuencia y pagar el error con su vida?
A
diferencia de los hermanos Flores Magón, Francisco I. Madero fue un demócrata.
Al
mismo tiempo, fue un ingenuo.
Sin
embargo, su lucha fue práctica y ganó más adeptos al grado de motivar un
verdadero movimiento armado en todo el país y derrocar a Porfirio Díaz.
De
paso se quedó con el crédito de haber sido el padre de la Revolución, cuyo
inicio se fecha oficial y erróneamente en 1910.
Tras
el asesinato de Madero por Victoriano Huerta en 1913 hay una anécdota ocurrida
en diciembre de 1914, cuando Francisco Villa y Emiliano Zapata entraron con sus
ejércitos a la ciudad de México tras la Convención de Aguascalientes, realizada
entre octubre y noviembre de aquel año.
El
8 de diciembre, Villa -simpatizante de Madero- ordenó que la calle Plateros en
la capital del país se llamara a partir de ese día calle Francisco I. Madero.
El
jefe de la División del Norte colocó una tabla con ese nombre y advirtió que si
alguien cambiaba el nombre de Madero lo mandaría fusilar.
Luego
fue al cementerio donde se hallaba la tumba del mártir y lloró, lloró y lloró.
Ahora
bien ¿Qué tienen que ver estos acontecimientos de la Revolución Mexicana con
este Foro?
Hay
una fotografía emblemática de aquellos sucesos.
Francisco
Villa y Emiliano Zapata se conocieron personalmente aquel diciembre de 1914
cuando llegaron a la ciudad de México encabezando sus ejércitos para designar Presidente
de México a Eulalio Gutiérrez por mandato de la Convención de Aguascalientes ya
citada.
Eulalio
Gutiérrez nombró Ministro de Educación Pública a un intelectual muy joven e
involucrado en la Revolución: José Vasconcelos.
La
fotografía de marras incluye al Presidente Gutiérrez junto a Villa, Zapata y
Vasconcelos: los guerreros, el político y el intelectual que se proponían
fundar un nuevo México: justo, democrático, exitoso.
A
lo largo del proceso revolucionario y postrevolucionario mexicano, José
Vasconcelos es pieza clave y su historia personal, intelectual, institucional,
política, nos ofrece un panorama clave para entender esto que llamamos Medios,
Periodistas y Construcción de la Democracia.
Vasconcelos
impulsó la lucha contra el analfabetismo y ordenó la reproducción masiva de
libros como una forma de acercar a la nación mexicana al conocimiento de la
ciencia, del arte, del mundo y de sí misma.
¿Cómo
puede haber democracia en un país con regiones donde padecemos el 15 % de
analfabetismo, otras donde sufrimos el 10 % y algunas –donde mejor nos va- con
el 5 %?
Si
somos estrictos y autocríticos, muchos compañeros que se autonombran
periodistas apenas saben leer y escribir o son analfabetas funcionales porque
no leen un solo libro al año.
El
Foro de hoy, la circunstancia actual de Veracruz -cuna de la Revolución
Mexicana- obliga a revisar nuestra historia para entender el presente y
plantearnos los caminos hacia un futuro seguro, desarrollado, justo.
Esto,
pasa por la existencia de Medios independientes…
Por
la presencia de Periodistas autocríticos y profesionales
Y
por una democracia real, dado que vivimos en un país donde se traicionó a
Villa, a Zapata, a Vasconcelos y a la sociedad toda…
La
traición ha sido de parte del gobierno, de parte de la clase política y de la
sociedad civil misma.
No
somos demócratas y cuando hemos tenido los primeros asomos al respecto como en
1988, 2000 y 2006, dimos pasos atrás de una manera cobarde.
La
historia recogerá los datos precisos sobre lo que estamos viviendo en el siglo
XXI.
Habrá
explicaciones y se colocará a cada quien en su lugar.
Para
ello se requiere tiempo.
El
punto es que estamos aquí y estamos ahora y que los periodistas que decidimos
participar en este Foro tenemos la libertad de expresar nuestras y estamos
vivos, lo cual ya es una notable ganancia.
Yo
no quiero ser el asesinado o desaparecido número 21, o 22, o 23; entiendo que
nadie desea serlo y esto hay que decirlo con fuerza.
Sea
quien sea el nuevo gobernador de Veracruz, debe saber que tocará vivir la mayor
traición histórica de este esta entidad tenga memoria.
Vivimos
en estado de guerra, aunque no se reconozca como tal.
No
hay libertad de expresión garantizada.
Entiendo
que el pesimismo, tampoco es el camino y sólo soy realista.
Los
datos están ahí, los convocados a este evento podemos agradecer el café y las
galletas pero cada día escribimos la crónica de los muertos y desaparecidos no
sólo de nuestro gremio sino de todos los sectores sociales veracruzanos.
¿Qué
nos queda por hacer, además del recuento de los daños?
Nos
queda la circunstancia institucional y social de empezar de cero en algunos
aspectos y de recoger lo útil en otros.
Contamos
con la historia, por ejemplo, para aprender de los errores, aplicar la justicia
y reparar nuestra casa que es Veracruz, porque nadie vendrá a hacerlo en lugar
de nosotros.
Eso
sí, debemos ser claros: sobrevivir en Veracruz, hoy, es un milagro cotidiano
para todos.
La
inseguridad es un cáncer pero su combate no es con demagogia, sino con la
reconstrucción del tejido social que pasa por la urgente democracia y el papel
responsable de medios y periodistas.