Bernardo Gutiérrez Parra
El periodista de El Financiero, Salvador Camarena, escribió ayer que nomás con los restos de 249 personas contabilizadas por el Colectivo Solecito, más los 47 cráneos encontrados en una fosa de Alvarado, basta y sobra para que refundan a Javier Duarte de por vida en la cárcel.
En su columna titulada “Duarte, a la cárcel; con las fosas sobra”, el periodista acusa al gordo de ser responsable directo del fosario en que se ha convertido Veracruz y propone juzgarlo en ausencia.
“Empecemos con Duarte un cambio en la llamada lucha anticrimen, en la guerra que padecemos. Ese cambio, por cierto, no precisa de la detención del pillo. Que incluso en ausencia se le abran procedimientos por su probable responsabilidad en la muerte de cientos de personas. Como suena. Si el gobernante fue jefe de policías que están coludidos en cientos de desapariciones, si el mandatario toleró a fiscales que dolosamente provocaron impunidad, debe ser juzgado por esos hechos”, dice el periodista.
Y en efecto; Duarte no necesita salir de su agujero para que se le aplique la ley.
Pero estos crímenes (296 hasta ahora) no deben ser investigados ni juzgados por las autoridades locales sino por tribunales internacionales donde no haya un juez que proteja a este delincuente.
Si lo juzgan en Veracruz, Duarte saldrá de prisión muerto de la risa.
Con su artículo, Salvador Camarena trata de sacudir la conciencia de una sociedad que ha perdido su capacidad de asombro. Y los invita a alzar la voz para que 296 víctimas de la brutal impunidad que permitió el ex gobernador tengan justicia.
Y es que por donde se le mire, la enorme e impagable deuda, las propiedades que se agenció, el desparpajo con el que se despacharon de las arcas estatales tanto él como su esposa, es nada comparado con 296 osamentas encontradas por las familias de las víctimas que poco o nulo apoyo han recibido de la Fiscalía estatal.
Y es que, como dice el periodista, no debemos permitirnos minimizar ni pasar por alto la responsabilidad de Duarte en la desaparición, asesinato e inhumación clandestina de cientos de personas. Sobre todo cuando el 1 de diciembre de 2010, durante su toma de protesta dijo: “No somos ajenos al reclamo de las familias que quieren sentirse tranquilas y seguras (…). La seguridad pública es una responsabilidad ineludible de mi mandato”.
“Duarte es ineludiblemente responsable de haber constituido un estado de cosas donde la intimidación era la única respuesta que obtenían aquellos que denunciaban la inseguridad”,dice Camarena y tiene razón.
Alguien comentó que varias de las osamentas “no pertenecen” a su sexenio. Y puede que sea verdad. Pero al no ordenar una investigación exhaustiva sobre esas desapariciones, Duarte se convirtió en responsable por omisión y por negligencia.
“Debe responder por esas masacres -agrega Salvador Camarena-. Y no se trata de reclamarle su inhumana indiferencia con la tragedia de cientos de familias, sino de hacerlo responsable por incumplir su deber como gobernante”.
Y sí; a Javier Duarte no hay que juzgarlo ni condenarlo por todo lo que se robó, sino por 296 hombres y mujeres que un día simplemente desaparecieron para siempre.
Con eso tiene el ex gobernador.
Pero insisto, debe hacerlo alguien que garantice imparcialidad en el juicio y que no se deje deslumbrar por el dinero.
¿Qué espera el gobierno federal para mandar el voluminoso expediente de su otrora protegido a un tribunal internacional y con ello recuperar parte de la credibilidad perdida?
Charla
Un grupo de amigos y este tu servidor, lector, tuvimos la oportunidad de platicar en un restaurante xalapeño con el doctor Juan Francisco Hervert Prado, candidato del PRI a la alcaldía de Perote.
Con Juan Francisco como abanderado, la tierra de Francisco Yunes Zorrilla será uno de los pocos bastiones que gane el tricolor aparentemente sin dificultad.
Con más de 30 años en el ejercicio de su profesión (médico cirujano con especialidad en ginecología), Juan Francisco es de las pocas cartas fuertes que tiene el PRI para la contienda de junio que se antoja muy hacia arriba para el tricolor.
