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domingo, 28 de mayo de 2017

Alvarado, sus fiestas y las cruces de mayo


+ El lujo de ser Heroica y Generosa Ciudad y Puerto…
+ Un pueblo alegre donde siempre hay fiesta…
+ Por el rescate de las tradiciones…

                                      Ruperto Portela Alvarado.

            Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Sábado 27 de Mayo de 2017.- Alvarado no es solamente un pueblo, es una comunidad con tradición, con historia y sincretismo entre sus habitantes. Tiene el plus de ser dos veces Generosa que le ha otorgado los hermanos de Tlacotalpan en los años de 1944 y el 6 de febrero de 2011 por la ayuda humanitaria prestada en tiempos de crisis por las inundaciones de esos años.
            Es “Ilustre, Heroica y Generosa Ciudad y Puerto de Alvarado”, con todos sus títulos. Donde sus habitantes generan confianza y cumplen los íconos del blasón que le identifica. Por su Cruz Negra, el mutualismo orgullo de los alvaradeños; las anclas azules entrecruzadas, la tradición marinera de sus pescadores; el pez, sinónimo del factor económico, la pesca y, las manos estrechadas, la generosidad de los alvaradeños.
            De ahí partimos lo que somos los alvaradeños al margen de lo que se diga de nosotros por parte de los que no nos conocen; los que vituperan porque hacen correr un mito que no tiene realidad. Por eso que en centro del escudo, rodeado de una corona de laurel se lee el número 1946 que hace la referencia a la defensa del Puerto ante la invasión gringa, y por lo que el Congreso del Estado le otorga el título de “Heroica” en 1957.
            Partiendo de esa singularidad histórica que nos caracteriza, no tendríamos por qué ser de otra manera, sino alegres, dicharacheros, conversadores y versadores comoDon Vale BejaranoChito MayoPablito Coraje y otros que han puesto en alto el nombre de Alvarado y los alvaradeños. Es Alvarado un pueblo de fiestas, de regocijo y reconciliación con el cuerpo, el alma, el espíritu y el corazón.
            Empezamos celebrando el año nuevo y día de reyes; la conmemoración de la Constitución el 5 de febrero; en marzo la entrada de la primavera y mi cumpleaños el 27 de Marzo y San Ruperto. En Abril quizá Semana Santa y el Carnaval después. Llegamos al quinto mes de las “Cruces de Mayo” que empiezan con el “Día de la Santa Cruz”, la puesta de cruces que se hacen y festejan todos los domingos y hasta el último de este mes.
            Es menester recordar, que hace muchos años –no sé cuándo, pero desde que era un niño ya estaba—se encontró una pequeña cruz a la orilla del otrora “camino real” que después fue la carretera entrada a Alvarado, por la calle Llave, entre Aldama y Netzahualcóyotl, precisamente en lo que era la casa de Julio Yunes, dueño también de la gasolinera donde después instalaron un restaurante y ahora una tienda Coppel.
            Por ahí se encontraba –frente a la gasolinera-- una tienda de abarrotes llamada “La Moderna” que era delSeñor Torres y después del papá de Carlos Reyes Hernández–quien tiene la cantina “El Avispón”-- al que le decían “Colita”. En la esquina de Aldama y Bravo, en una casa amplia y varias puertas, tuvo por mucho tiempo su tiendaDon Berna y su esposa. Por ahí vivía, al que le conocimos siempre como “Pico el Enano”.
            Serían por los años 60s que los festejos en honor a la Santa Cruz iniciaban el 3 de mayo –o un día antes—con cánticos y rezos en esa pequeña cruz, que era toda una romería; se vendían antojitos, refrescos, chucherías e inclusive cervezas en un estanquillo que tenía al lado, por la calle de Aldama, la señora Rosa Pitalúa y su hermana. La fiesta y los rezos se levaban hasta la capilla de la hoy iglesia de la “Santa Cruz”, frente al hospital que se ha reconstruido.
            Eran domingos en que los barrios se disputaban la oportunidad de diseñar y construir su propia “Cruz de Mayo” con varas de caña de otate forradas de papel maché o china e instaladas en el crucero de las calles. En medio de esa “Santa Cruz” al estilo de la corona española, se instala un altar con la Virgen del Rosario u otras representaciones religiosas. Había entonces toneles de horchata que preparaban los vecinos y a la que le echaban una flor amarilla llamada zempasúchil para que le diera un sabor adicional y repartirla entre los invitados.
            Los vecinos de la calle Francisco I. Madero, mi barrio de siempre participaban en la organización de la “Cruz de Mayo”, mi mamá Gregoria Alvarado Valerio, Luisa Cruz, Amparito Ofelia Zamudio y, Carmen Arano, entre otras personas que en este momento no recuerdo. Pero era una fiesta porque la cruz abarcaba todo el crucero de Madero y Guerrero, con sus rezos, cantos, bailes que hacían toda una tertulia.
            Había fandango, zapateado y música folclórica que bailaban las niñas, niños, jovencitos y jovencitas (dijeraVicente Fox) vestidos con el traje tradicional veracruzano y de jarochas. No podrían faltar los jaraneros y el clásico versador, repentista o decimero, --como se le quiera decir—tocando su arpa. Algo de esto se estaba perdiendo y por eso, el pueblo, las autoridades y la convicción alvaradeña del ingeniero José Luis Zamudio Alavés, han iniciado un proceso de rescate de las tradiciones y así, la fiesta de las “Cruces de Mayo”, como todas, han vuelto a su esplendor. Es una pena –ajena—que la tradición de la celebración del “Arroz a la Tumbada” que se hacía el último domingo del mes de mayo ahora ha pasado a otra fecha.
            Ya comentaré más fiestas de las que siempre hay en Alvarado y que los alvaradeños disfrutamos con gusto y devoción, porque al igual que yo –que para mí todos los días son domingo—mis paisanos también saben ser alegres, pachangueros y felices…RP@...
Con un saludo desde la Ciudad del Caos, Tuxtla Gutiérrez y la tierra del pozol, el nucú, la papausa y la chincuya…
Para contactarme: rupertoportela@gmail.com