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miércoles, 30 de agosto de 2017

Una clave de la próxima elección

Tragos de café

Por David Carrión 

La próxima contienda electoral tendrá varios picos históricos. Uno de ellos fue aprobado por el pleno del Instituto Nacional Electoral hace cinco días: 25 mil millones de pesos para su presupuesto del 2018.

La cifra fue calculada por el INE de esta manera: 6,788 millones para partidos políticos, 8,600 millones para las tres elecciones federales y las 30 locales, y 9,931 millones de pesos para gasto ordinario.

En la próxima elección podrán ejercer el voto un aproximado de 85 millones de mexicanos. Considerando el optimismo del INE que espera un 63 por ciento de participación, votarán casi 54 millones por 3,326 cargos populares. Por lo que cada voto nos costará 466 pesos. 

La verdad que esa cifra es ociosa, considera a los votos nulos y no deja fuera el hecho de que esos 466 pesos son dinero limpio, que no discute ningún otro moche, chayo o maletón que no sale del presupuesto federal para elecciones.

Así que el costo de nuestra democracia es alto, pero esa no será la clave para que las elecciones del 2018 sean efectivas, que se hagan en tiempo y forma depende de un factor disconforme el pico presupuestal: la participación ciudadana.

En entregas pasadas, o debería decir en tragos pasados, nos referimos a un punto clave que es la relación del INE con la sociedad. 

No sólo veremos a los partidos políticos peleando por nuestro voto, esperemos vernos inmersos en la estrategia del oficialismo para poder hacer a los más de un millón y medio de funcionarios electorales para el 2018.

Latinobarómetro es un estudio de opinión pública, que cada año pública un informe detallado de los países latinoamericanos con una muestra de casi 20 mil entrevistas que representan a 600 millones de habitantes.

En este estudio, elaborado en coordinación con el Banco Interamericano de Desarrollo y la propia ONU, en su reporte final del 2016, sobre el apoyo a la democracia en países de América latina, en México sólo el 48 por ciento prefiere la democracia sobre cualquier otra forma de gobierno. 

Este mismo estudio se hizo en 2015 y no cambió con respecto al siguiente, se mantuvo en ese 48 por ciento de apoyo a la democracia por parte del ciudadano. 

Los porcentajes de deserción del puesto de funcionario público no son alarmantes en el sentido práctico, ya que el sistema está diseñado para cubrir la suplencia hasta en dos niveles, en algunos casos. 

Pero la clave de la próxima macro-elección será no sólo el recurso público, sino el humano. A ver qué se le ocurre al INE para que salgamos a participar, porque no podemos seguir manteniendo niveles tan bajos de participación con presupuestos tan altos para su aplicación.

@DavoCarrión

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