Articulista
Invitado
Héctor
Yunes Landa
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México se ha
convertido en una potencia turística mundial; hoy somos el octavo país más
visitado del mundo. Cada año recibimos más de 35 millones de turistas de prácticamente
todas las nacionalidades. Hoy estamos al mismo nivel, por ejemplo, de
Alemania o Inglaterra.
Todo eso nos da una
gran diversidad cultural, fortalece nuestra economía y nos muestra al mundo
como un país muy atractivo para visitar pero también para invertir. Sin
embargo, mientras el turismo en el resto del país crece de manera sostenida,
en Veracruz se encuentra estancado, en medio de una crisis nunca antes vista.
Y los factores son
muchos. El gobierno carece de una estrategia efectiva de difusión y
mercadotecnia. Se ha retirado el apoyo a los principales festivales, fiestas
populares y celebraciones patronales que tantos visitantes nos generan.
Tampoco nos ha ayudado
la recesión económica en la que se encuentra la entidad, agravada por los
recientes fenómenos meteorológicos. Hay zonas turísticas que fueron afectadas
y que necesitan urgentemente de visitantes para salir adelante. Pero no hay
una estrategia institucional para ello, como sí ha sucedido en otros estados
del país como Oaxaca y Chiapas.
La inseguridad que
vive Veracruz ha alcanzado a los potenciales turistas que este año hubiésemos
tenido.
El turismo es una de
nuestras escasas alternativas para recuperar el crecimiento y reactivar la
economía de muchas regiones del estado. La violencia y las malas noticias
difundidas de manera irresponsable por el propio gobierno estatal, ha hecho
que muchos visitantes decidan escoger otros destinos.
Basta recordar la
winckleriana declaración del 14 de marzo pasado, en la que el fiscal
"autónomo" expresó que con un cinismo irresponsable
que"Veracruz es la fosa clandestina más grande del país". Su tarea
es ahuyentar al turismo.
Por muchos años,
nuestro estado había sido el segundo destino turístico nacional. Hoy los
viajeros ya no quieren venir a Veracruz. Y no lo hacen por la inseguridad,
por las terribles condiciones de nuestras vías de comunicación y sobre todo,
porque las autoridades del sector carecen de una estrategia adecuada de
promoción, amén de que el titular de la secretaría del ramo viene de un largo
desempeñó como notario público, lo que dista mucho de ser el perfil más
adecuado para asumir el liderazgo de la promoción turística de una entidad
con un extraordinario potencial en esta materia.
Las aerolíneas han
empezado a cancelar algunas de sus rutas y las empresas de autobuses a
reducir sus corridas y sus horarios a destinos turísticos de nuestra entidad.
Ante ello, el gobierno de Veracruz ha optado, una vez más, por el silencio.
Y por supuesto, la
ausencia de visitantes ha puesto en jaque a los prestadores de servicios,
principalmente a hoteleros y a dueños de restaurantes. Basta decir, que el
pasado mes de septiembre, ha sido el peor periodo para el turismo en la
historia de nuestro estado.
En Xalapa, hubo días
en que nuestros hoteles no tuvieron una sola habitación pagada; y en general,
el promedio de ocupación para ese mes –a pesar de las celebraciones de
fiestas patrias-, fue de poco menos del diez por ciento. Para la mayoría, ha
sido muy difícil sobrevivir en estas condiciones.
Y ante esta crisis, la
Secretaría de Turismo estatal se encuentra inmóvil. No hay una política
pública adecuada, menos la articulación de los prestadores de servicios. De
hecho, la única actividad que se realiza es la promoción para que algunas
ciudades logren la denominación de “Pueblos Mágicos”, cuando en realidad ese
es un trabajo vinculado entre los Ayuntamientos y el gobierno federal en
donde está prácticamente ausente el gobierno del estado.
Pero lo más importante
sigue ahí, que es el esfuerzo empresarial, la calidez y alegría de su gente,
nuestra infraestructura y la gran riqueza turística que no tiene ningún otro
estado del país. Es urgente que rescatemos la industria turística de Veracruz
de la que dependen miles de familias.
El turismo es el
reflejo de lo que somos. Es la expresión de nuestra riqueza natural. Es
tradición, diversión y cultura. Hablemos bien de Veracruz, hagamos que el
turismo regrese en la próxima temporada vacacional.
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