Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
Hace poco más de un año Miguel Ángel Yunes era visto
como el único capaz de acabar con la inseguridad en Veracruz. Su trabajo como
secretario de Gobierno en el sexenio de Patricio Chirinos era su mejor carta de
presentación. Y sabedor de que por ahí podía conseguir los votos necesarios para
llegar a la gubernatura, prometió seguridad con febril insistencia.
Pero un año después las cosas son de espanto, tan es
así que en su edición de este miércoles el diario Reforma cabeceó su nota
principal con una frase contundente: Azota el crimen a los veracruzanos.
Y ni cómo desmentir al diario.
Veracruz es primer lugar nacional en secuestros,
tercero en ejecuciones y cuarto en extorsiones. También está en los primeros sitios
en robo con violencia, robo de vehículos y robo a casas habitación. Además, es
líder en asalto a trenes.
En estos once meses de gobierno yunista han matado a
dos periodistas, dos presidentes municipales y una Fiscal Especializada en
Delitos contra la Familia. A éstos tres últimos los ejecutaron en menos de siete
días.
Y en ataque a mujeres la situación es dramática. Sólo
este martes secuestraron a seis personas y cinco de ellas son mujeres.
En lo judicial, el Fiscal General del Estado Jorge
Winckler ha resultado un auténtico fiasco que no ayuda ni apoya, pero el
gobernador dice que sí lo hace.
El titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Jaime
Téllez Marie se ha convertido en un lastre para la seguridad de la entidad,
pero el gobernador no lo quiere ver así.
Y los resultados están a la vista; la violencia
continúa imparable ante la ineficacia de ambos funcionarios.
En lo político las cosas están lo que le sigue a
críticas. A raíz de que varios alcaldes lo dejaron plantado en su última
reunión con el grupo Coordinación Veracruz, Yunes Linares reaccionó
visceralmente al llamar títeres a los munícipes de Morena y amenazar a otros,
como el alcalde de Xalapa Américo Zúñiga, con dejarlo sin seguridad para su
ciudad.
Para colmo su candidato a la gubernatura no lo ayuda. Las
declaraciones del alcalde de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez en el
sentido de que la violencia en Veracruz es puro rumor, le restan puntos a la
menguadísima credibilidad de su papá el gobernador.
Tampoco abona el hecho de que este joven esté pidiendo
a los alcaldes que ya dejen de fregar a su señor padre con el pago de las
participaciones federales, cuando hace un año, fue el mismo Miguel Ángel junior
quien encabezó el plantón que hicieron los munícipes en el interior de Palacio
de Gobierno, en demanda de esas participaciones federales.
Como consecuencia de lo anterior, Yunes Linares lidera
el top ten de los gobernadores más impopulares. Y es que todo le está saliendo
mal. El problema es que esos desatinos repercuten directamente en los
veracruzanos.
Si fuera dueño de un circo seguramente le estarían
creciendo los enanos, la mujer barbuda se estaría quedando lampiña, el hombre
fuerte sufriría de desnutrición y los payasos padecerían una severa crisis de
neurosis colectiva.
Pero no es dueño de ningún circo; Yunes Linares es
gobernador de un estado llamado Veracruz, primer lugar en todo lo malo que
prometió erradicar. Y que simplemente no ha podido cumplir.