Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
La bronca entre el gobernador Cuitláhuac García con el
presidente del Tribunal Superior de Justicia Edel Álvarez Peña no es nueva,
comenzó en julio de este año y por una nimiedad. Resulta que Edel le pidió al
entonces gobernador Miguel Ángel Yunes, que enviara al Congreso su propuesta de
nombramientos de 12 magistrados para que recibieran el visto bueno de los diputados.
Y que se enciende la mecha.
Legisladores de Morena exigieron al gobernador que
retirara sus propuestas y para que vieran que la cosa iba en serio, tomaron el
Palacio Legislativo. Al relajo se sumó el Colegio de Abogados de Veracruz cuyos
miembros alegaron que los nombramientos eran afines a Yunes y por lo tanto
ilegales.
Como el asunto amenazara con polarizarse, Yunes
Linares reculó y retiró los nombramientos no sin antes acusar a los morenos de
intolerantes y autoritarios.
Personas cercanas a Cuitláhuac García dicen que desde
entonces éste le agarró ojeriza al magistrado Álvarez Peña. Y al parecer así
es.
La semana anterior y con motivo de la puesta en
libertad de varios ex funcionarios duartistas, Cuitláhuac aprovechó la
justificada indignación popular para írsele encima al inepto Fiscal Jorge
Winckler y de paso le dio un rozón a Álvarez Peña.
Invitado a un desayuno con los miembros del Tribunal
Superior de Justicia encabezados por Edel, el gobernador dijo que no asistiría
“hasta cerciorarme si él también está involucrado en estos aberrantes hechos”.
No, Edel no tuvo nada que ver con una decisión que
tomaron jueces federales para que los duartistas sigan su proceso en libertad.
Quien sí tuvo que ver y mucho por su marcada incapacidad y torpeza, fue el Fiscal
Jorge Winckler.
Pero al parecer está de moda que el Ejecutivo y el
Legislativo le canten la bronca al Poder Judicial.
El pleito que traen tanto el presidente Andrés Manuel
López Obrador y los legisladores de Morena con los representantes del Poder Judicial
Federal, es el mismo que a nivel estatal trae el gobernador García Jiménez y
los diputados morenistas con Edel Álvarez Peña.
A aquellos el presidente los acusa de ser los funcionarios
públicos mejor pagados del planeta. A Edel lo acusan de… de… ¿de qué acusan al
titular del Poder Judicial?
“De haber corrido injustamente a más de diez
magistrados porque no quisieron plegarse a sus caprichos”, me dijo un diputado
morenista. Falso, fueron 20 los magistrados removidos, pero por cuestiones de
edad y enfermedad. Ninguno tenía abajo de setenta años y algunos pasaban de los
ochenta. De hecho, uno murió en servicio de muerte natural.
“Es que ha cometido muchos actos de corrupción”,
insistió el morenista, pero sin aportar más pruebas que su palabra.
Lo cierto es que el trasfondo es otro. Los morenos de
Veracruz quieren todo el pastel. Ya tienen en sus manos al Poder Ejecutivo y también
al Legislativo, pero les falta el Poder Judicial y para eso le están tendiendo
la cama al magistrado Álvarez Peña.
Ante la casi inminente avalancha que se le viene
encima ¿qué tiene a su favor Edel? Mucho. A diferencia de Jorge Winckler que
trae pleito casado con el gobernador García Jiménez; con el secretario de
Gobierno, Eric Cisneros y con casi todo el Congreso local, Álvarez Peña no se
ha confrontado con nadie.
El magistrado es un político con mucho oficio; fue
alcalde en su natal Coatzacoalcos y líder estatal del PRI entre otros cargos
importantes. Es un hombre que respeta las atribuciones de cada uno de los
poderes y ante todo es institucional.
Sabe que una confrontación entre el Ejecutivo y el
Legislativo con el Poder Judicial, desgastaría la vida política de Veracruz en
estos tiempos donde lo que debe prevalecer es la unidad y la concordia.
Si alguien espera que Edel se ponga los guantes quizá
se lleve un chasco. El magistrado tratará por todos los medios de conciliar y
unificar; no de confrontar o dividir.
Y en cuanto a su futuro, será él y nadie más quien lo
decida.