Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
La conmemoración de la
Promulgación de la Ley Agraria de 1915 ha sido desde siempre un acto
eminentemente priista. Por eso nadie daba un cacahuate por el evento que se
celebró el pasado 6 de enero en el Word Trade Center de Boca del Río.
¿Quién asistiría a una
ceremonia auspiciada por un partido devaluado, que perdió por patiza el pasado
1 de julio y al que le auguran un negro porvenir?, era la pregunta.
Y la respuesta la dio el
diputado local Juan Carlos Molina Palacios, al reunir a más de 5 mil campesinos
que atiborraron el Word, en un ejemplo de unidad del PRI que dejó con la boca
abierta a la presidenta de ese partido Claudia Ruiz Massieu, y al senador
Miguel Ángel Osorio Chong.
Pero el también líder
cenecista hizo más, invitó a los alcaldes panistas Fernando Yunes Márquez y
Humberto Alonso Morelli; a representantes de todos los partidos políticos y además
al secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula (que
llevó la representación presidencial) y al de Desarrollo Agrario, Guillermo
Meyer Falcón.
Más plural el acto
agrario, imposible.
Aún sorprendida, Claudia
Ruiz Massieu le preguntó a Juan Carlos cómo le había hecho para reunir a tanta
gente y el legislador contestó: “Muy sencillo presidenta; tengo cercanía con
los productores del campo, con mis hermanos campesinos”.
El mensaje para Claudia
fue bien claro; lo que necesita el PRI es regresar a sus principios y uno de
ellos -el primordial sin duda-, es la cercanía con la gente.
Una muestra de esa
cercanía la dio Molina Palacios dos días después desde la tribuna del Congreso
en defensa de los cañeros, al pedir al presidente López Obrador que implemente políticas
públicas que frenen la importación de alta fructuosa y endulcorantes. No sólo
por la competencia desleal, sino porque desde 1995 el consumo de fructuosa en
México ha aumentado en 1, 843 por ciento, y la industria refresquera ha dejado
de consumir desde hace dos años, 300 mil toneladas de azúcar.
Otra muestra más de esa
cercanía son los apoyos que el legislador ha llevado a las personas más
necesitadas no sólo de su distrito sino de otros municipios.
De esa cercanía fue
testigo la lideresa Ruiz Massieu que de seguro regresó a la Ciudad de México
con una idea más clara de quien podría ser el dirigente del PRI en Veracruz.
Y es que mientras los
aspirantes a ocupar el cargo cabildean y hacen grilla en aquella ciudad, Molina
Palacios “cabildea” en Veracruz acercándose a la gente; a las bases del PRI que
son el alma y corazón del partido.
Si la elección en el tricolor
veracruzano se hace por consulta a la base, el ganador está más que cantado y
será Juan Carlos Molina. Esto garantizará que el partido se levante de su lecho
de desahuciado y vuelva a ser competitivo en las elecciones intermedias y en el
2024.
Pero si en el altiplano
cometen la burrada de “sugerir” a otra persona, que se preparen para unas
exequias seguras, porque otra derrota como la sufrida hace seis meses no la
soportará el PRI, ni los priistas veracruzanos.
PD.
El reportero Jesús
Santander, está sano y bien.