Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
Este domingo Cuitláhuac García cumplirá sus primeros
100 días al frente de la administración estatal y a diferencia de su mentor, el
presidente Andrés Manuel López Obrador que tendrá mucho que informar, el alumno
veracruzano nada tiene que decir. Ni una escuela en construcción (vamos, ni un
aula siquiera), ni una carretera, ni un hospital regional, ni un mercado. Nada.
Nunca que se sepa, un gobernador de Veracruz había
estado en parálisis casi total sus primeros 100 días de gobierno. Por el
contrario, todos (a excepción de Cuitláhuac), llegaron como caballos briosos y
a los tres meses ya habían inaugurado al menos un camino rural.
Con Cuitláhuac no ha pasado nada porque no ha hecho
nada. No hay un proyecto empresarial, ni de inversión o un proyecto turístico.
No hay fuentes de empleo, tampoco un plan para inhibir la deserción escolar, o
uno para abastecer de medicinas a los hospitales regionales y menos otro para
rehabilitarlos.
No hay nada.
Lo único que hay son descalificaciones a los gobiernos
anteriores que ya nos sabemos de memoria. Pero nada, ni media palabra, sobre un
plan para sacar a Veracruz del atascadero.
Gran parte de esos 100 días Cuitláhuac García se la
pasó en pleito con el fiscal general Jorge Winckler; pleito al que se unieron
el secretario de Gobierno Eric Patrocinio Cisneros y los diputados de Morena. Y
no pudieron tumbarlo.
Si esto dejó en ridículo a Eric y a los legisladores
es lo de menos. Lo sustantivo es que dejó muy mal parado y desgastado al
gobernador que parece no darse cuenta, porque sigue embroncado con el fiscal en
lugar de coordinarse entre ambos para bajar los índices de inseguridad.
Sí sí sí, de sobra se sabe que Winckler es más yunista
que Miguel Ángel Yunes; pero es el fiscal y mientras no lo destituyan, lo menos
que debe hacer el gobernador es pactar una tregua y tratar de solucionar juntos
la pandemia de la violencia.
Y es que no puede ser que en apenas 100 días la entidad
sea más violenta que con Yunes y Duarte.
Si a esto le agregamos los cientos de burócratas
despedidos, el descarado y cínico nepotismo de algunos funcionarios públicos,
el cierre de empresas, la cancelación de programas asistenciales, el desamparo
en que sobreviven los que menos tienen, la brutal deuda estatal y otras
barbaridades, ¿qué le espera a Veracruz?
Elías Moreno Brizuela que ya fue legislador, se ha
postulado para casi todo puesto de elección popular y ahora capitanea el Frente
por la Cuarta Transformación, dijo que esos temas debe tratarlos Cuitláhuac
García en sus primeros 100 días de gobierno.
Agregó que una de las iniciativas que propone el
Frente que encabeza, es la revocación del mandato tanto del gobernador como de
los alcaldes porque “si el pueblo los pone, tiene derecho a quitarlos”.
No creo que prospere la revocación del mandato de
Cuitláhuac, pero con más de 50 feminicidios en 100 días, con ejecuciones un día
sí y otro también lo mismo que secuestros, robos y asaltos, con una ciudadanía
indefensa, frustrada y colérica, Veracruz podría estar muy cercano al estallido
social.
El linchamiento y atroz incineración de seis presuntos
secuestradores en Soledad de Atzompa fue un aviso que no debe soslayarse.
El problema es que el señor gobernador
anda en otro canal y no parece darse cuenta.