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martes, 23 de abril de 2019

Sacudir al PRI



Por Lorena Piñón Rivera
El PRI perdió en el 2018 porque se lo merecía. Este fenómeno conjugó dos factores esenciales: En un frente, la élite en el gobierno federal fue incapaz de comunicar con eficacia sus aciertos iniciales y se fue desmoronando ante escándalos de corrupción que no pudieron revertirse. En política percepción es realidad y el mal humor social se fue agudizando en contra del PRI por las omisiones y muestras de soberbia de muchos integrantes del Gabinete que no supieron moderarse en sus excesos.
El segundo factor es que la cúpula de dirigentes nacionales maniobró para excluir a la militancia de los órganos de gobierno del PRI. La Asamblea Nacional 21 dirigida por César Camacho sirvió para cercenar por la mitad al Consejo Político Nacional (cerca de 700 consejeros fueron eliminados), que es el órgano de dirección deliberativo más activo del PRI. Un ejemplo lamentable de “damnificados políticos” es la Organización de Jóvenes y Mujeres que ahora solamente tienen espacios para 25 integrantes de todo el país y cada estado sólo puede proponer a 5 consejeros territoriales.
Con esa reforma estatutaria, Camacho dirigió la operación para reducir la calidad de la representación tanto del consejo nacional como de los homólogos estatales que al ver reducidos los espacios, en los hechos se impidió que todas las corrientes internas estuvieran incorporadas, por lo que al ser menospreciadas se les facilitó que buscaran horizontes en otros partidos donde si fueron valorados.
Pero si César Camacho descafeinó a los consejos políticos, Enrique Ochoa Reza dirigió la 22 Asamblea Nacional para anular lo valioso de la carrera partidista. En este mes de marzo de 2019, realizando un análisis exclusivo del texto estatutario -sin ningún tipo de valoración de los personajes que fueron nuestros candidatos-, la conclusión escandalosa es que así como están nuestros documentos básicos puede afirmarse que para ser postulado por el Partido Revolucionario Institucional vale más no estar afiliado que ser militante.
Tengo claro que durante la 23 Asamblea Nacional, tendremos que anular todo lo que haga ver como sospechosos a nuestros propios militantes y como inmaculados a rostros que se enmascaran por conveniencia como activistas sociales sin Partido.
Por compartir estas razones con tantos priistas indignados, es como me presento con respeto ante la militancia para solicitarles su apoyo: quiero ser Presidenta del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, para encabezar un movimiento renovador que haga que nuestra base en los seccionales recupere su entusiasmo en militar y que logremos colocarnos como eje del debate de los asuntos públicos, porque por ahora el PRI es una oposición que la mayoría de las veces es silente y en otras dispersa en sus propuestas. La cúpula tuvo su momento y nos traicionó, pensaron que había “militontos” en lugar de militantes. Ahora la consulta directa hará posible que la militancia tome el control democrático del PRI. Te necesito en el proyecto, contáctame en @lorenapignon