Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
Este jueves en la conferencia mañanera, el presidente López
Obrador supo (por si acaso lo ignoraba) de labios de un reportero veracruzano,
que el subsecretario de Finanzas Eleazar Guerrero Pérez, no sólo es primo de
Cuitláhuac García, sino que tiene a su hija Nitzia Araceli Guerrero Barrera,
como directora de Atención a la Población Vulnerable en el DIF estatal y a su
otro hijo, Eleazar Guerrero Barrera, como director de Vinculación Ciudadana de
la Secretaría de Seguridad Pública.
El reportero agregó que Nitzia Araceli ha sido señalada
por un presunto fraude con los desayunos infantiles y Eleazar hijo, está bajo
sospecha por la adquisición de 160 patrullas a precio de Mercedes Benz.
No creo que Eleazar hijo esté embarrado en esa compra,
pero su papá quién sabe. Como sub secretario de Finanzas, Eleazar Guerrero
Pérez tiene que ver con todos los contratos, compras y adquisiciones del gobierno
estatal.
El primo del gobernador es el poder tras el trono del
multimillonario presupuesto veracruzano. Es quien dice cuánto dinero va a cada
dependencia y cuánto no. Es quien parte y reparte el formidable pastel y es a
fin de cuentas un tipo muy poderoso.
Aunque el nepotismo ha existido desde siempre, quienes
lo practican de alguna manera procuran guardar las formas, pero a los señores y
señoras de Morena (al igual que al panista Miguel Ángel Yunes y sus hijos), las
formas les valen gorro.
Un caso emblemático es el de la diputada Rosalinda
Galindo Silva, que tiene a gran parte de su parentela en la nómina. Ah, pero es
de las que se ofenden cuando les tocan el tema. “Mi familia es honorable”,
contestó muy digna cuando un reportero le preguntó sobre la cauda de familiares
que viven del presupuesto estatal.
Sobre lo mismo López Obrador contestó: “Estamos
recomendando que no haya nepotismo, que no se le dé trabajo a familiares, que
no pase lo que sucedía antes. O sea, ya no, basta de nepotismo”. Y sobre el
caso en Veracruz contestó al reportero: “Pues que la autoridad competente actúe…
estoy seguro que Cuitláhuac, que es un hombre honesto, íntegro, nada que ver
con los gobernadores anteriores, va a tomar en cuenta su planteamiento y tiene
que dar una explicación”.
Diez y ocho horas después de la mañanera Cuitláhuac,
el honesto Cuitláhuac, no había dado ninguna explicación.
Y a todo esto ¿es delito el nepotismo? No, ni en
Veracruz ni en el resto del país existe una ley que lo castigue.
En noviembre del año anterior el diputado federal de
Morena, Irineo Molina, presentó una iniciativa para sancionarlo que sigue durmiendo
placenteramente en algún sótano del Congreso.
Que Andrés Manuel abomine esa práctica y la raza de
bronce la repudie, es comprensible y se aplaude. Pero que como candidato
Cuitláhuac reprobara con fiereza el nepotismo, prometiera combatirlo, y lo
acepte sin recato como gobernador, es una sinvergüenzada.
Si en su próxima gira por Veracruz el presidente desea
evitarse una rechifla y algo más, deberá omitir de su vocabulario la palabra
“honesto” que le endilga a su pupilo. Porque al permitir el nepotismo
Cuitláhuac es deshonesto y lo que es peor; es un hombre falto de palabra.
Aclaración:
En efecto, el chile no es un tubérculo; la palabra la
escribí con toda la jiribilla del mundo. De todas maneras gracias a quienes me
hicieron la observación.