Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
Ayer por la tarde cuando escuché el informe verbal de la
Contralora estatal Leslie Garibo Puga, sobre posibles actos de nepotismo de
Cuitláhuac García, no pude menos que sonreír. Y es que de a tiro se vio muy
obvia.
Hace unos días, cuando le preguntaron al gobernador si
el sub secretario de Finanzas, Eleazar Guerrero Pérez era su familiar, al pobre
se le enredó el cerebro con la lengua, se le pegaron las balatas, metió en el
ajo a su abuela fallecida y contestó de una manera tan lamentable, que a los
reporteros no les quedó duda sobre el parentesco entre ambos.
En esa conferencia un reportero fuereño le preguntó a
un colega local: ¿Así habla siempre el gobernador? No, a veces habla peor, fue
la contestación.
Y Cuitláhuac no lo hizo quedar mal porque el viernes en
la conferencia mañanera en Palacio Nacional, y ante el mismo cuestionamiento volvió
a tartajear, se trabó, quiso acelerar pero lo hizo a trompicones, al grado que
el presidente Andrés Manuel López Obrador tuvo que entrar al quite y le endilgó
más virtudes que las que le han colgado a San Francisco de Asís.
Pero después de los guayabazos AMLO pidió revisar por
si los hubiera, los actos de nepotismo en el gobierno de Veracruz que los hay y
muchos.
Ayer martes, con una celeridad de asombro que se
contrapone con lo lenta que ha sido la Contraloría estatal, Leslie Garibo dijo
que ya checó el asunto y no existe parentesco entre Cuitláhuac y Eleazar.
“Ya se hizo la investigación correspondiente en la
cual no vinculamos ningún familiar del gobernador Cuitláhuac García Jiménez con
Eleazar Guerrero Pérez. No tienen ningún parentesco, Eleazar es Guerrero Pérez
y el gobernador es Cuitláhuac García Jiménez” dijo la funcionaria que como para
reafirmar que no hay ningún nexo entre ambos, agregó que Eleazar ni siquiera es
de Veracruz. “Estuvimos buscando y ya está la investigación”.
Y sí, ya está la investigación, pero…
La funcionaria erró al dar como prueba del no
parentesco la diferencia de los apellidos, cuando existen cientos de miles de
sujetos y sujetas que tienen los dos apellidos distintos a sus tíos, primos o
sobrinos carnales. Y hay quienes nacieron en Jalostotitlán que tienen primos
hermanos nacidos en Papasquiaro. Es decir, no todas las personas tienen que
nacer forzosamente en un municipio, entidad o país para ser parientes
sanguíneos, como errónea o tramposamente lo quiere hacer ver Leslie Garibo.
En lugar de tanto rollo lo ideal hubiera sido una
prueba de ADN y asunto arreglado. Pero no, como todos los políticos que tienen
cola para que se las pisen, el gobernador y el sub Secretario de Finanzas
prefirieron optar por los retruécanos burocráticos.
Y ahora nadie duda que Cuitláhuac García Jiménez y
Eleazar Guerrero Pérez son unos parientes muy unidos y muy traviesos, que le
están viendo la cara al presidente López Obrador.
A ver cómo les va cuando los descubran.