Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
Apenas se enteró de la matanza de más de 25 personas
en un antro de Coatzacoalcos, el gobernador Cuitláhuac García buscó la manera
de culpar de la masacre al Fiscal estatal Jorge Winckler.
Su inquina se vio desde el tuit que escribió horas después
donde le da crédito a los soldados, marinos, Guardia Nacional y policías de la
Secretaría de Seguridad Pública, pero deja fuera a los agentes ministeriales de
la Fiscalía General del Estado que desde la noche del martes investigan el
caso.
Fue en la madrugada del miércoles cuando le dijeron
que los autores materiales habían sido unos sujetos comandados por un tal
Ricardo Romero Villegas apodado La Loca; que La Loca había sido detenido semanas
antes pero la Fiscalía General del Estado lo había soltado sin presentarlo ante
un juez.
Cuitláhuac vio el cielo abierto y sin comprobar la
información le pasó el chisme a su jefe el Presidente. Este la soltó así como
le llegó desde el púlpito de su conferencia mañanera, fustigó a la FGE y pidió a
la Fiscalía General de la República que investigara a la dependencia estatal.
Pero cuando la FGE aclaró que la detención y
liberación de La Loca había corrido a cargo precisamente de la Fiscalía General
de la República, López Obrador supo que su pelele favorito lo había engañado como
se engaña a un niño.
El cuento de La Loca o salió de la Secretaría de
Gobierno a cargo de Eric Cisneros, o de la Secretaría de Seguridad Pública cuyo
titular es Hugo Gutiérrez Maldonado. El problema es que ninguno de los dos
inútiles corroboró la especie y empinaron a Cuitláhuac con el Presidente, que a
su vez hizo el ridículo de costa a costa y más allá de nuestras fronteras.
¿Qué sigue ahora?
Que Cuitláhuac se vaya, no hay de otra. La violencia e
inseguridad en estos ochos meses han crecido más allá de toda proporción y ya son
más que suficientes sus yerros, pifias y lamentables desatinos.
El periodista Rayundo Riva Palacio escribe hoy:
“Cuitláhuac García, el gobernador de Veracruz, no es más torpe porque el día no
tiene más horas, ni luce más ignorante porque prefiere guardar silencio. Su
desgracia es que encabeza el estado más violento del país, y la desgracia (para
Veracruz) es que es protegido del presidente Andrés Manuel López Obrador”.
Por su parte Carlos Marín que en el programa
televisivo Con los de Enfrente había dicho: “Yo creo que la loca, la loca, es
la incomprensible gubernatura de un incapaz personaje llamado Cuitláhuac
García” agrega en su columna de este jueves:
“La mayor matanza en el actual sexenio sucedió
antenoche en Veracruz, cuyo gobernador volvió a demostrar que no tiene la menor
idea de su responsabilidad por estar enfrascado en un insensato pleito político
con el fiscal estatal, Jorge Winckler. Parece bastarle la confianza y los
inmerecidos espaldarazos del Presidente de la República para desentenderse de
sus obligaciones”.
Riva Palacio remata: “Cuitláhuac García se ha
convertido en un lastre para López Obrador y lo está arrastrando políticamente.
Tiene que sacudírselo. Ese pie con gangrena le va a subir por el cuerpo a menos
que se lo corte. Tener un pelele en un estado problemático no le funcionó, pero
es mejor pagar el costo que el Congreso, dominado por Morena, lo lleve a juicio
político y lo destituya, a que siga contaminando la cruzada de López Obrador”.
Quizá no haya necesidad de pasar por un juicio
político, sería rudeza innecesaria para un sujeto falto de inteligencia pero
sobrado de buena voluntad. Con que pida un permiso por tiempo indefinido al
Congreso bastará y sobrará.
Pero eso sí, tiene que irse ya, junto con el par de
tóxicos y corrosivos Eric Cisneros y Hugo Gutiérrez a los que sí deben
promoverles juicio político.
Con esto no bajará la violencia, pero se
despresurizará la olla de ira social que está a punto de reventar.