En
la Fiscalía General de la República del Gobierno de México se dieron cuenta que
desde Córdoba, Veracruz, emana insoportable olor a tufo.
No
podía ser de otra manera: ese hedor solo podría venir del camionero y sicario
del periodismo José Abella García, dueño de transportes “Ráfagas” y del
periódico “El Buen Tono”.
La
Fiscalía reactivará en los próximos días una denuncia que existe en contra de
José Abella García por el delito federal de comercializar una concesión de radio
de uso social.
La
denuncia se fue presentada en enero pasado por un empresario local, pero el
gobierno de Cuitláhuac García la envió a la congeladora como muestra de buena
voluntad hacia el cordobés, con la ilusa esperanza de llevar una buena relación
con él.
Pero
José Abella es como el alacrán que recibe ayuda para cruzar el arroyo, porque
siempre va a picar y soltar todo su veneno. Más tardó en acercarse a la 4T
veracruzana para ofrecerles difusión y publicidad en su pasquín, que en publicar
sus arranques de ira y locura publicados a ocho columnas en El Buen Tono, y con
sus “editoriales” en El Noticiero de Radio Banana.
Así
que, para que aprenda a respetar y para que hable con provecho, la Fiscalía irá
por el cordobés que nadie quiere, así como por el propietario de la concesión, un
poblano muy conocido en Xalapa, llamado Roberto Altieri Fernández.
Banana, Abella y la conexión con Javier
Duarte.
Resulta
que “Radio Banana” en realidad no se llama así. Es más, fiscalmente no existe.
Si
usted, estimado lector, tiene un negocio y decide anunciarse en esa estación,
no le darán una factura a nombre de “Radio Banana” de Córdoba, ubicada en
Avenida 1 número 1117, como debería ser. Le entregarán un documento fiscal a
nombre de “Corporación Rivello”, empresa consentida del ex gobernador Javier
Duarte de Ochoa.
Durante
el duartismo, “Corporación Rivello” 580,000 mil pesos de los veracruzanos por
las publicaciones de “El Buen Tono”, como la hecha expresamente contra la
activista Araceli Salcedo, al día siguiente que encaró a Duarte en Orizaba por
la desaparición de su hija. “El Buen Tono” afirmó en la primera plana del 25 de
octubre de 2015 que Fernanda Rubí, hija de Araceli, como integrante del crimen
organizado sin pruebas o sustento alguno. Abella no tuvo empacho para hacer el
trabajo sucio de Duarte.
Pero
en 2012, en plena fiebre duartista, Roberto Altieri recibió 21 millones de
pesos por tres estaciones de radio cultural, que al final fueron
comercializadas por Gina Domínguez Colio, la titular de Comunicación Social de
Duarte: La Voz de las Huastecas, 90.7 FM, de Álamo; Viva la Cuenca Radio, 93.7
FM en Tlacotalpan, y Voz del Totonacapan, 90.3 de FM en Papantla.
Quiere repetir la fórmula en Córdoba.
Las
publicaciones diarias de “El Buen Tono” en contra de la 4T y de Cuitláhuac
García, el gober consentido de AMLO, llamaron la atención, primero en Xalapa, y
luego en Palacio Nacional, donde la oficina de Jesús Cuevas investigó sobre
nuestro malencarado personaje, encontrando varias sorpresas a su paso.
No
tardaron en encontrar que Abella se ostenta como “dueño” de “Radio Banana”
(vaya nombre), XHRAF 98.3 FM, que resulta que es una radio de carácter social –es
decir, que no tiene autorizado vender espacios comerciales para allegarse
recursos, pues no es el objetivo de esa frec-, y que Abella y sus secuaces la
tienen a su total servicio.
A
través de Radio Banana, José Abella da rienda suelta a su ira enfermiza contra
toda Córdoba, especialmente contra sus enemigos que son el resto de los empresarios
de esa ciudad, por el simple hecho de que no piensan como él.
“Nadie
me apoya”, solía quejarse Abella cuando aún tenía amigos, pero ahora que está
más solo que un partido de los Tiburones Rojos del Veracruz, utiliza a su
pasquín y Radio Banana para golpear, mentir, difamar y dañar a quien elija.
José
Abella, de la mano de Roberto Altieri, quiso repetir la misma fórmula que con
las radios comunitarias de Gina Domínguez en Xalapa, usar radios sociales por
las que sólo pagaron un permiso de 3,000 pesos, para explotarlas al máximo por
millones de pesos anuales.
De
acuerdo a la documentación disponible en el Instituto Federal de
Telecomunicaciones (IFT), el expediente
FER086106CO-502025
aparece a nombre de la asociación civil “Cultura es lo Nuestro”, pero carece de
la información necesaria para saber quiénes integran dicha asociación, sólo una
firma de un “representante legal” que tampoco tiene nombre.
En
el registro nacional de las Organizaciones de la Sociedad Civil, “Cultura es lo
Nuestro” simplemente no existe.
En
el título de concesión de “Radio Banana” se puede leer que sólo es una radio
que aparece para transmitir única y exclusivamente en el municipio de Rafael
Delgado, de ahí las siglas “RAF”, pues apenas tiene 2.88 kilowatts de potencia
radiada aparente. Es decir, se escucharía apenas en unas cuadras.
Pero
el problema es que el título de concesión no muestra la dirección de donde
debería estar la estación de radio. Sólo muestra las coordenadas geográficas
18º 49´11” latitud norte y 97º 04´ 50” latitud este, y ¡oh sorpresa! Google
Earth remite directamente a unos terrenos de cultivo, que nada tienen que ver
con las lujosas instalaciones de “Radio Banana” en la avenida 1 de Córdoba.
José
Abella no lo sabe, pero su socio Roberto Altieri se encuentra demandado por el
empresario veracruzano Amado Tress Faez, quien actualmente es presidente de
Coparmex en Puebla, por incumplimiento de contrato.
El
Tribunal Superior de Justicia de Puebla determinó el embargo precautorio a las
instalaciones de Corporativo Rivello, la empresa que emite las facturas de
Radio Banana para José Abella a los incautos que ahí se anuncian, a pesar de
que tiene problemas judiciales.
Vaya
par de pillos que se juntaron para seguir desangrando a los veracruzanos, pero
dependerá de la Fiscalía de la República la velocidad de su actuar para que eso
termine.