- La famosa rifa es otra ocurrencia presidencial
- Un distractor de los problemas reales
- Los otros datos que no son cifras oficiales
Por Miguel Angel Cristiani Gonzalez
En la agenda presidencial los principales asuntos que
afectan a los mexicanos pareciera que no tienen la mayor importancia, por eso
es que cuando algún reportero de los que asisten a las conferencias mañaneras
se le ocurre preguntar sobre el desabasto de medicamentos en los hospitales o
los aumentos de la delincuencia, entonces contesta con que eso lo tiene que
atender uno de sus subalternos, en cambio desde hace una semana el tema
principal es el de la famosa rifa del avión presidencial.
Ya hasta presentó el diseño del billete de lotería, que se
va a celebrar el cinco de febrero.
Pero a los padres de familia de los niños que padecen de
cáncer y no les han aplicado los medicamentos por un desabasto, los manda con
la secretaria de gobernación.
A las agrupaciones de la sociedad civil que marchan por la
paz, para demandar seguridad, tampoco los recibe y los manda con miembros del
gabinete de seguridad.
Por eso es que los analistas políticos que más que una
salida al problema de la venta del avión presidencial -que no hay quien lo
quiera comprar- la ocurrencia de rifarlo es nada más que un distractor para que
los medios no traten los problemas reales.
Pero como lo que se le ocurre al presidente López Obrador
que es la mejor opción, se hace porque se hace, aunque se ponga en conflicto a
la Lotería Nacional que por ley no puede entregar premios en especie sino
solamente dinero, pues sencillo, nada mas se le agrega al billete que es una colaboración
para la compra de equipo medico y san se acabó.
Mientras tanto, en la otra dimensión de la realidad, no de
la isla de la fantasía con todo y el avión, el avión, la Organización Nacional
Ciudadana, que encabeza Francisco Rivas, presentó su reporte de delitos de alto
impacto en 2019.
Se trata de “otros datos” que confirman las pésimas
noticias. El primer año de la 4T ha sido el peor en homicidios dolosos, el
segundo en extorsiones, el quinto en robo con violencia, el octavo en
secuestros. “Se incrementaron siete de los 13 delitos que nosotros analizamos”,
puntualizó Rivas.
Oficialmente, hubo 35
mil 558 asesinados (feminicidios incluidos). Un récord desde que se levantan
estadísticas en México. Rivas hizo notar, sin embargo, que hay “subregistro” en
los datos oficiales sobre asesinatos. Para respaldar sus afirmaciones, mencionó
el caso de Aguilillas, Michoacán, ocurrido a mediados de octubre del año
pasado: 13 policías estatales fueron emboscados y ejecutados por el crimen
organizado en esa localidad.
La ONC no encontró
registro de esa masacre, ni en lo local ni en lo federal. “¿Qué tantas víctimas
más habría en el país quitando los enormes problemas de registro que seguimos
teniendo?”, preguntó. También hay problemas
en el registro de extorsiones, secuestros, narcomenudeo y robos.
Tomó el ejemplo de la
extorsión. La ONC registra un incremento de 27.8% en todo el país, en relación
con el 2018. Hace notar que Michoacán, Tlaxcala, Yucatán y Nayarit son estados donde
se reportan entre dos y cinco extorsiones por año.
Rivas preguntó,
incrédulo: ¿les parece viable que en estados como Michoacán o Nayarit haya
habido sólo dos o tres extorsiones en todo el año?
Oros delitos que
aumentaron son la trata de personas (11.5%); robo a negocio (2.3%); robo de
autopartes (10.5%); violación (10.2%) y narcomenudeo (18.5%).
Pero todo eso ocurre en el otro México, en el de la otra
realidad, el de los otros datos, de verdad, no de ocurrencias y fantasías.
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