Por Rafael Arias
Hernández.
Con la novedad que
quienes aprueban las leyes y deben ser ejemplo de su observación y aplicación,
no cumplen sus deberes, ni ejercen todas sus atribuciones; no lo hacen y más
bien ante otros poderes, órganos autónomos y dependencias oficiales, hacen como que hacen, ocultan, encubren, simulan y fomentan
ineficiencia y delincuencia en los gobiernos.
En pocas palabras,
también forman parte del sistema de impunidad imperante, que propicia y
sostiene a ineptos y corruptos, pues el
mismo poder legislativo federal y
estatal, es ejemplo de no cumplir ni hacer cumplir las normas jurídicas vigentes.
Las preguntas
inundan el ambiente. ¿Y la transparencia y rendición de cuentas oportuna y
permanente, que todos deben cumplir? ¿Cuál seguridad pública? ¿Cuál
administración y procuración de Justicia? ¿Cuál seguimiento y control
presupuestal? ¿Cuál fiscalización y
evaluación pública? ¿Qué de las leyes presupuestales y financieras?
Demasiados
ejemplos, permiten asegurar: que los legisladores, como muchos otros
servidores, no son transparentes, no
informan, no evalúan, ni fiscalizan, en verdad. Salvo excepciones, se dedican a
dejar hacer y dejar pasar: a burocratizar los procesos y hacer como que hacen;
a simular y beneficiar a cómplices, al
grupo o banda a que pertenecen y, desde luego, a favorecerse asimismos.
Así. En economía y
finanzas, como en todo quehacer gubernamental, bien se sabe casi desde
siempre, que se comete el error y lo
demás son consecuencias: a pagar y padecer irresponsabilidades e incapacidades,
excesos y abusos.
Lecciones e
historias de las que no se aprende. Repetir los errores, no los corrige, agota,
o desaparece, más bien los vuelve costumbre.
En todo caso, no
aprender, no prever, ni realizar los
cambios pertinentes, tiene costos, daños, pérdidas y hasta retrocesos que hay que pagar y padecer.
Imprescindible,
asumir el control del uso y destino de los recursos públicos, que obtienen y
administran todos los gobiernos, instituciones y organizaciones públicas.
Y hay que repetir.
En cuestiones de Economía y Finanzas, y en general en toda cuestión y asunto
gubernamental, es indispensable exigir a todo servidor público, no solo honestidad, sino también y al mismo tiempo,
responsabilidad, capacidad y efectividad.
Por favor los
problemas no se resuelven solos; tampoco ignorancia e ineptitud, los solucionan bien y a tiempo.
Y para colmo, abundan
informes y declaraciones irresponsables, muchas veces acompañados de supuestos análisis
y respaldos basados en otros datos oficiales (inexistentes, o inventados),
desactualizados e incompletos, que
impiden análisis, reflexión y
debate serio y consistente.
Temas cotidianos,
de interés social, que son dados como
entendidos y, lo que es peor, como aceptados.
Por lo pronto, hay
que insistir y exigir buenos resultados; y también, , respecto a la administración de los escasos
recursos públicos, no sólo se trata de disponer y obtener verdadera y oportuna
transparencia y acceso a la información pública; sino además, de demandar buenas
cuentas y reclamar eficiencia al gobierno; y de exigir, a todo servidor público, sin excepción, el cumplimiento de sus responsabilidades
irrenunciables, como eficiencia y honestidad, en la administración de esos escasos
recursos públicos, para que se optimicen y sirvan para atender las prioridades
de la población.
DE LICUADORAS Y
ASPIRADORAS FINANCIERAS.
En la teoría y
práctica de la administración pública, preciso tener siempre presente, la
importancia del presupuesto y el gasto gubernamental, tanto para el buen funcionamiento del Estado y
de la economía, como del oportuno y suficiente, abastecimiento de servicios públicos básicos.
En verdad, obtener
resultados positivos, que puedan fortalecer eficiencia económica, seguridad pública, administración y
procuración de justicia; y libertades y derechos individuales y sociales.
Aspiración y reto,
ya que en lo gubernamental, con frecuencia decir y hacer difieren, ya que teoría y práctica suelen ser muy diferentes, al comprobarse resultados y sus consecuencias.
Estos determinantes temas deben considerarse y
atenderse, no ignorarse, ni minimizarse, o abandonarse a la costumbre y rutina
oficial, que para variar termina favoreciendo
a unos cuantos.
En lo nacional, estatal y municipal, diversas
señales, múltiples indicadores y estudios apuntan y alertan hacia su atención
urgente. Conveniente empezar por enfocarse, cuando menos, en los reiteradamente
señalados por instituciones y organizaciones, como el Banco Mundial, el Fondo
Monetario Internacional y otros.
Algunos
de esos temas principales, son:
1) Política económica viable y pertinente; sostenibilidad
fiscal y análisis de las limitaciones y rigideces
en el gasto, (como pensiones, deuda pública y otros pasivos contingentes,
etc.)
2) Distribución de beneficios provenientes del
gasto público, entre hogares con niveles de ingresos diversos, (garantizar
atención a combate al hambre y la pobreza, respaldar la prestación oportuna, en
calidad y cantidad, de servicios públicos básicos a la población, apoyar los
programas y acciones de bienestar social, etc.)
3) Distribución geográfica del gasto, incorporando
zonas marginadas o aisladas, apoyando regiones productoras actuales y
potenciales, polos de desarrollo, conurbaciones y vías de comunicación.
4) Actualizar, modernizar y tecnificar, las
instituciones encargadas de elaborar presupuestos; de su administración,
seguimiento y control; y de su fiscalización y evaluación, tanto institucional como
social.
5) Exigir, cumplimiento verdadero y puntual, de
las funciones de presupuestación y fiscalización del poder legislativo,
6) La incorporación real y efectiva, de la
participación y evaluación ciudadana y social, (como gobierno abierto,
presupuesto participativo, comités ciudadanos, contraloría social, etc.)
Destaca que tanto deuda pública,
como pensiones del sector público, ocasionan fuertes presiones que resultan en crecientes pasivos,
de urgente atención; así la determinación
de cambios viables, para financiar inversión pública y gasto en servicios básicos. .
DERECHO SOCIAL NEGADO, DEBER GUBERNAMENTAL INCUMPLIDO.
Lo primero es lo primero. Antes,
durante y después, imprescindible saber cuánto, para qué, destino y quien
ejerce los recursos públicos. Imposible hacer algo, para evitar pérdidas y
daños, si se ignora o se oculta información.
Inaceptable, que en Finanzas Públicas, presuntos
responsables, prófugos eventuales y delincuentes potenciales, anuncien mentiras, distractores y medias
verdades sobre la situación financiera y presupuestal gubernamental.
¿Subejercicio y endeudamiento en aumento? ¿Hay
ahorros, cuando se prohíbe ejercer el gasto para atender necesidades básicas de
la población? ¿Déficit mayor en finanzas sanas? ¿Bajos sueldos y mayores riquezas personales inocultables?
-Académico. IIESESUV Twitter @RafaelAriasH, Facebook:
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