El pasado viernes 14 de febrero, el diputado local Rubén Ríos Uribe rindió su primer informe de labores como integrante de la LXV Legislatura, a la cual llegó tras una votación arrasadora en el distrito de Córdoba.
Su primera encomienda fue presidir la Comisión Instructora y desde ahí tratar de enderezar la Fiscalía General del Estado, la cual simplemente iba de fracaso en fracaso en materia de procuración de justicia. Jorge Winckler Ortiz, el fiscal carnal del Yunes azul, simplemente no podía o no quería combatir la inseguridad, por desgracia, pudieron más las traiciones de algunos aliados del bloque morenista, que impidieron quitar del cargo al hoy prófugo de la justicia.
En la apuesta por la gobernabilidad y la paz, llevó a buen puerto la desaparición de poderes del Ayuntamiento de Mixtla de Altamirano tras el artero crimen de su alcaldesa Maricela Vallejo, cuyo autor intelectual se señala a su exsíndico y su pareja sentimental. También formuló diversas iniciativas a favor de las comunidades afromexicanas y personas con discapacidad.
Su iniciativa para frenar los deseos de eternizarse en el cargo de diputados, hasta por cuatro períodos consecutivos, está en análisis, con lo cual cortará las alas de varios grupos caciquiles incrustados principalmente en el PAN y que sólo se comparten el poder entre ellos, vulnerando la democracia.
Rubén Ríos fue electo como Presidente de la Mesa Directiva del Congreso de Veracruz, cargo que tenía rato, ningún cordobés ostentaba y hoy recae en la persona de Ríos Uribe, conduciendo con atingencia los trabajos del Poder Legislativo.
Su compromiso y trabajo es reconocido por Juan Javier Gómez Cazarín, presidente de la Junta de Coordinación Política y por sus compañeros de bancada así como de otros partidos, que se dieron cita en su primer informe así como del Poder Judicial que a través del Tribunal Electoral de Veracruz (TEV), felicitó al legislador cordobés por rendir cuentas ante la sociedad y sobre todo, por lo hecho como integrante de la Legislatura local.
