Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
El pasado viernes a mediodía empresarios veracruzanos
a los que el gobierno estatal adeuda más de 450 millones de pesos, se plantaron
en la escalinata de la catedral de Xalapa para exigir sus pagos. Como único
estandarte llevaban una lona que decía “Empresas SOS”, la misma que utilizaron hace
dos años para exigirle lo propio al gobierno de Miguel Ángel Yunes que nunca
les pagó.
Por casi una hora estuvieron a la espera de que algún
funcionario se dignara atenderlos pero nadie se acercó.
Ante el desdén, una comisión atravesó la calle de
Enríquez y se plantó frente a la entrada principal de Palacio de Gobierno
llevando la copia (sellada de recibida), de una solicitud de audiencia con el gobernador
fechada el 7 de enero del 2019. Es decir, hace más de un año.
Hasta ellos llegó un sujeto con el consabido “A sus
órdenes ¿en qué puedo servirlos?” que se mostró solícito y servicial. ¿Quién
era? Sepa Dios, pero los empresarios le enseñaron la copia de la solicitud. “Ah
¿es esto? Ok, aguanten un momentito porfa”. El tipo se fue y al cabo de un rato
regresó con la buena noticia “En unos minutos los van a recibir. Los atenderá
el subsecretario de Gobierno en un momentito… no tarda… aguanten porfa… con
permisito, a sus órdenes…”.
Mientras esperaban, los hombres y mujeres de empresa conjeturaron
por qué tendría que atenderlos el subsecretario de Gobierno, cuando el adeudo
no es incumbencia de esa subsecretaria. Hasta que alguien con mucho optimismo dijo:
“Lo importante es que nos van a recibir; vamos a ver qué nos dice el
subsecretario”.
Pero no les dijo nada, entre otras cosas porque no los
recibió.
Furiosos por la enésima burla que sufrieron hicieron
lo que nunca imaginaron: “Bloqueamos la calle de Enríquez muertos de pena y
vergüenza, pero es que no nos dejaron de otra, mi hermano”, me dijo uno de los
protestantes.
Y ni así los atendieron.
El bloqueo fue levantado a las 14:30 horas, “No por
miedo a ir a la cárcel por bloquear una calle, sino porque sabíamos que a las
tres de la tarde salen los trabajadores de sus actividades y no quisimos
afectarlos”.
Ante los reporteros los empresarios manifestaron que ya
perdieron sus empresas, su dinero y hasta el miedo por lo que volverán a manifestarse
esta semana con más fuerza.
Y es que mientras Duarte y Yunes se negaron a
pagarles, el gobierno de Cuitláhuac García se ha burlado de ellos y la burla
cala, duele y humilla. Un ejemplo es que a un empresario al que le adeudan 2
millones de pesos, le dieron 50 mil y sólo Dios sabe cuándo le pagarán el
resto.
El no pago a los empresarios es una liga que ya
aguantó la tensión de varios años y no tarda en reventar. Y cuando esto suceda
el carambazo será de antología pero para el propio gobierno. Y es que en su infinita insolencia ni
Cuitláhuac ni los suyos alcanzan a comprender la fenomenal bronca que están
incubando.