Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
Por siglos se dijo que los países, estados y
municipios requerían de políticos para ser gobernados. Pero en el caso concreto
de nuestro país y salvo las excepciones que confirman la regla, los políticos
han resultado un atajo de bandidos y ladrones que lo único que han hecho es corromper
y saquear.
El mayor atraco a Veracruz en tiempos recientes se dio
en el gobierno de Javier Duarte y esto trajo como consecuencia que los votantes
buscaran otras opciones.
Pero el remedio salió peor que la enfermedad y para
muestra el botón de Xalapa gobernada por un alcalde torpe, sin visión social y carente
de autoridad que está llevando al desastre a la Ciudad Capital.
Xalapa se ha convertido en una ciudad insegura porque sus
autoridades han permitido la impunidad. En sus colonias se palpa el abandono y
la desidia; no hay una en la que no estén presentes el descuido, la basura, las
calles cuarteadas y hasta las fugas de agua que tardan en ser reparadas.
Xalapa carece de obra pública y la poca que hay, como
la pavimentación parcial de la calle Revolución, se realiza a paso de tortuga. No
es posible que el Ayuntamiento lleve siete meses pavimentando 350 metros
lineales y aún no pueda terminar.
Baches, carencia de alumbrado, parques y jardines
descuidados, cierre de comercios establecidos, multiplicación del comercio
informal y desempleo, son otros de los problemas que aquejan a una Xalapa que
no necesita de un político o de un inútil para que la gobierne, sino de un administrador.
Ciudades como Santiago de Chile, Buenos Aires, Nueva
York o Madrid (sólo por citar cuatro ejemplos), son gobernadas con excelentes
resultados por administradores, más que por políticos.
Quizá alguien diga que me fui muy lejos en las
comparaciones pero no. Alguna vez esas ciudades estuvieron como está hoy Xalapa
cuando fueron gobernadas por sujetos cien por ciento políticos.
Reitero, Xalapa necesita con urgencia de un
administrador. De alguien con la suficiente altura de miras que atraiga
inversiones, revitalice la economía y genere empleos. Alguien que llegue con un
proyecto de pavimentación integral para que sus calles se pavimenten bien en
semanas y no mal en meses como ocurre actualmente.
Xalapa requiere de alguien que traiga bajo el brazo un
plan para llevar alumbrado público a las zonas más apartadas y otro para
garantizar la seguridad de todos, principalmente de mujeres y niños.
Requiere de alguien que la embellezca; que mejore sus
espacios culturales y recreativos, que limpie sus calles y mercados, restaure
sus escuelas y hospitales regionales. Y en este punto, que esté pendiente del
abasto de medicamentos.
Eso requiere Xalapa, de alguien que gestione y
concilie y no de sujetos que descalifiquen y dividan.
Xalapa necesita que la escuchen y no que la apapachen.
Es decir, los xalapeños ya no quieren
palabrería hueca sino acciones concretas. Y la ventaja de un administrador
sobre un político es que mientras éste promete, aquel ejecuta.
En síntesis, el consenso general entre los xalapeños
es que les vendría muy bien un administrador para su ciudad. Y subrayo; es el consenso
general.
De la treintena de aspirantes a alcaldía (más los que
se sigan acumulando) ¿hay alguno que tenga dotes de administrador y la
capacidad para sacar a Xalapa del hoyo en que la metieron los malos políticos?
Sí, si lo hay.
¿Su nombre?
Te lo dejo de tarea, lector.