Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
Rápido pero mal, el secretario de la SEV Zenyazen
Escobar respondió a las acusaciones del senador Julen Rementería, en relación a
unas obras que supuestamente no se llevaron a cabo en escuelas de la entidad.
Mediante un video Zenyazen mal explicó: “No nos
estamos poniendo sombrero ajeno, senador, simplemente estamos terminando las
obras que ustedes habían dejado inconclusas, y de dinero que se intentaron
robar (sic)”.
Zenyazen presumió que la SEV había hecho 434 aulas y rehabilitó
218 espacios educativos. Julen le corrigió la plana al demostrarle que solo
construyó 212 aulas y 69 espacios educativos para un total de 281 obras.
El senador agregó que la mayoría de esas obras se
hicieron en gobiernos anteriores por lo que Zenyazen estaba haciendo caravana
con sombrero ajeno y lo llamó mentiroso. Zenyazen le reviró: “Los proyectos que
él hace mención sí, son 281 proyectos que son igual a 434 aulas”.
Ni él se entendió, pero no respondió lo más
importante, la acusación de Julen en relación a que al menos tres empresas
fantasma habrían cobrado casi dos millones de pesos por no hacer nada en tres
escuelas. Este es el asunto medular que Zenyazen se brincó a la torera, pero
que más temprano que tarde tendrá que enfrentar.
El caso llegó a Palacio Nacional donde el presidente López Obrador
también evadió a las empresas fantasma, descalificó a Julen y le dio un
regalazo inesperado a Cuitláhuac. “Si me dices que un
senador cuestiona al gobernador de Veracruz tiene que ver seguramente con la
cuestión política electoral. Yo le tengo toda la confianza a Cuitláhuac… Estoy
muy contento con su trabajo porque es una gente honesta, limpia, nada que ver
con los anteriores”.
¿A honras de qué envió
el presidente ese regalazo si Cuitláhuac lo tiene muy enojado con sus desatinos?
La respuesta es obvia; quiere mantener para la 4T el gran bastión de votos de
Veracruz. Aunque sin duda se está equivocando.
Para gobernar no
basta ser honesto. Se necesita capacidad, responsabilidad, habilidad,
inteligencia y oficio político, cualidades de las que carece Cuitláhuac que
sigue agarrándose a una cuestionada honestidad que le está sirviendo para puras
vergüenzas.
Pero como nada
entiende de política y no ha terminado de conocer a Andrés Manuel, aceptó con
alegría el octavo espaldarazo y quizá por eso escribió en sus redes que ya se
“esclareció” el asesinato de la periodista María Elena Ferral ocurrido el 30 de
marzo en Papantla.
“Se hizo un recuento
de los avances sobre el asesinato de la periodista Ma. Elena Ferral, donde la
FGE ya esclareció el hecho, detuvo a todos los autores materiales, y buena
parte de los (autores) intelectuales están todos identificados e irán por los
pocos cómplices que faltan”, dijo.
No cabe duda que la
ignorancia lo apabulla. El hecho de que sea ingeniero mecánico electricista no
lo exime de aprender lecciones de derecho penal elementales hasta para un chavo
de secundaria.
La FGE no ha esclarecido
absolutamente nada entre otras cosas porque no es esa su función. Lo que hizo
fue poner a disposición de un juez a los presuntos autores materiales e
intelectuales del crimen. Y será el juez quien tras valorar las acusaciones de
la Fiscalía y las pruebas que presente la defensa emita su veredicto. Hasta
entonces el caso será ESCLARECIDO.
Es hasta imperdonable
que Cuitláhuac no tenga al menos un par de asesores que lo orienten en ese
sentido y a un redactor que le escriba sus mensajes en las redes, porque en
ambos casos da pena. Y da pena muy seguido.
Quizá lo más
imperdonable e incomprensible es que López Obrador siga empeñado en sostenerlo
sabiendo como sabe que Cuitláhuac ha llevado a Veracruz a la parálisis
económica casi total (desde antes del coronavirus), que no ha creado empleos,
que tiene a la entidad en primer lugar nacional en dengue y en segundo en feminicidios
y secuestros.
Un gobernador impopular
que está acusado de nepotismo, de encubrir actos de corrupción, de pasarse la
Ley por el forro al querer imponer a Verónica Hernández Giadáns como titular de
la FGE sabiendo que no es apta para el puesto. Y lo que es peor, un gobernador
que puede hacer perder a Morena en los próximos comicios.
Y es que casi sin
excepción los pronósticos de los analistas políticos coinciden en afirmar que Cuitláhuac
García podrá ser un muchacho muy honesto, pero va a llevar a la ruina a la 4T
en las elecciones del 2021 y no se diga en las del 2024.
Y esto, o no lo
alcanza a dimensionar o no lo quiere ver el presidente Andrés Manuel.