· Reporteros y camarógrafos arriesgan su vida todos los días
·
No se ha valorado
la importante tarea que realizan
·
El periodismo es la
profesión más apasionante del mundo
Que bueno
que se haya reconocido a todos el personal de salud que trabaja todos los días
en la primera fila del frente de batalla contra la pandemia del COVID-19,
porque están arriesgando sus vidas para tratar de salvar a quienes ya se
encuentran contagiados.
Esto fue
luego de que alguno de esos tantos locos que andan sueltos por ahí, que en
realidad deberían de estar encerrados en un hospital psiquiátrico, porque no se
explica que hayan arrojado cloro al personal de hospitales cuando se
trasladaban a sus casas luego de cumplir con su heroica tarea.
Pero
afortunadamente la respuesta de la población civil no se hizo esperar, en las
benditas redes sociales se publicaron videos donde en contraste, se les aplaude
desde los balcones de las casas y departamentos cuando van caminando por la
calle.
Incluso se
transmitieron videos por la televisión en donde se les reconoce su valiente
labor, que también por desgracia, ya cobró algunas vidas de médicos, enfermeras
y camilleros de los hospitales donde se atiende a los pacientes.
Pero también
hay otros héroes de la pandemia, que arriesgan todos los días su vida para
cumplir con sus tareas, que hasta la fecha no han sido debidamente valorados y
reconocidos como se merecen.
Se trata de
los periodistas que a diario ponen en riesgo su vida, para ir a buscar las
noticias que se van generando.
Nos referimos
a los reporteros, camarógrafos, fotógrafos que tienen que salir de sus casas y
de sus trabajos, a recorrer las calles para buscar la información con que se
nutren los noticieros, periódicos y ahora también las páginas web.
Aunque
algunos se protegen con un cubre bocas, tienen que acercar sus teléfonos celulares
y micrófonos para grabar las entrevistas que realizan, no solo con funcionarios,
sino también con la población en general.
Vemos las
entrevistas a todos los distintos grupos sociales que acuden a manifestarse en
las plazas públicas para llamar la atención de las autoridades y solicitar
apoyos porque en esta pandemia no tienen ingresos económicos, pero no
destacamos el otro lado de la notica, que es los reporteros que están detrás de
cámaras cubriendo la información y arriesgando sus vidas.
Y obviamente
que no nos estamos refiriendo a los “periodistas” que acuden a palacio nacional
a cubrir las conferencias mañaneras del presidente Andrés Manuel López Obrador,
que más bien parecieran payasos en una función de circo, que cuestionadores de
la realidad social y política que estamos viviendo.
Lejos de
reconocer la labor que realizan los reporteros y periodistas de los medios
grandes o pequeños, cada vez que se trata el tema de apoyarlos y valorarlos,
son denostados y criticados, respondiendo con calificativos despectivos como el
de la ya famosa “prensa fifí”.
No se alcanza
a dimensionar la importancia que los medios de comunicación en general y los
periodistas en particular tienen en nuestra sociedad, no solo para informar
sino también para advertir y hasta salvar vidas como ocurre con esta pandemia.
Todos los
políticos hacen uso de los medios de comunicación para transmitir sus mensajes,
pero hasta ahora, ninguno se ha dignado a reconocer la labor que realizan en
beneficio de la sociedad.
Para peor,
el pasado 7 de junio, fecha en que tradicionalmente se conmemora, porque ya no
se puede celebrar el llamado Día de la Libertad de Expresión, transitó sin pena
ni gloria, ignorado por los políticos que todos los días recurren a los medios
de comunicación para difundir sus mensajes en pro y en contra.
Por eso se
pregunta Pancho López el filósofo de mi pueblo, ¿Qué pasaría si también los
medios dejaran de cubrir y empezaran a ignorar sus invitaciones a conferencias
de prensa o a que les difundan sus entrevistas y mensajes?
Simplemente aplicándoles
la misma receta: ignorándolos.
Por todo lo
anterior es que deberíamos de empezar a revalorar y reconocer la labor también heroica
que llevan a cabo los reporteros, camarógrafos y periodistas que pese a la
amenaza de contagiarse en la pandemia, están en la primera fila de las
trincheras informativas.
Tal y como
lo dijo en su momento el Premio Novel de Literatura, Gabriel García Márquez, el
periodismo es la profesión más apasionante del mundo.
Pero en el
caso de nuestro país y en particular de Veracruz, también es la más peligrosa
del mundo, porque nada más hay que revisar las listas de comunicadores que han
sido asesinados en los últimos años y no precisamente por el COVID-19, sino por
actos violentos.
Y esa, como
diría la nana Goya, es otra historia….
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