Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
El periodista más escuchado de la radio en el último
tercio del siglo anterior lo fue sin duda José Gutiérrez Vivó, conductor del
noticiero Monitor. Crítico, agudo y mordaz, Gutiérrez Vivó se convirtió en un
dolor de cabeza para el gobierno de Carlos Salinas de Gortari que ya lo
alucinaba.
Un día mientras la estación de radio transmitía un
bloque de comerciales, recibió en su cabina una llamada de Otto Granados Roldán
el poderoso jefe de prensa de Salinas que palabras más, palabras menos le dijo:
“Nomás para comunicarte que te llevó la chingada, por orden del Presidente este
es tu último programa. Ya valiste madres”.
Cuando regresó al aire, Gutiérrez Vivó dio a conocer
con todas sus letras la amenaza telefónica de Otto. Además, responsabilizó al
funcionario y al Presidente de lo que le sucediera a su programa, a él y a su
familia. Y al darles con la puerta en los dedos nunca lo corrieron.
La quemada que se dio Otto en aquella ocasión, es la
misma que se acaba de dar Eric Patrocinio Cisneros Burgos, el tristemente
célebre Bola 8.
Eric Cisneros en un sujeto deleznable que tiene la
sangre pesada. Es decir, lo ves y lo repeles porque cae gordo a primera vista. Esto
aunado a su patológica obesidad y escasez de cerebro lo han vuelto un tipo
acomplejado y rijoso que para darse más autoridad camina con los puños
semicerrados, como queriendo pelear.
Mediocre como es, nunca en su vida había tenido un puesto
de tanta relevancia hasta que su amiga la zacatecana Roció Nahle, lo sacó de
Baja California para traerlo a Veracruz y empotrarlo, con la bendición de
Andrés Manuel López Obrador, como Secretario de Gobierno.
Y tanta autoridad lo deschavetó.
La divisa de personas acomplejadas y con poco
raciocinio pero con poder es agredir y denostar. Y eso es lo que ha hecho Eric
Cisneros en sus casi dos años al frente de la dependencia. ¿Resultado? La
política interior de Veracruz no sólo es un caos, es una vergüenza para los
veracruzanos y el resto del país.
A Eric no le gustan los medios de comunicación y
detesta a los periodistas, sobre todo a los que cumplen con su labor de
informar de manera independiente.
Este fin de semana el diario El Dictamen publicó una
nota donde lo señala de traicionar a Rocío, que lo hizo gente, e incluso de no
contestarle las llamadas.
En lugar de apelar a su derecho de réplica, Eric le cantó
la bronca a la señora Bertha Ahued Malpica, directora ejecutiva del diario con
un whatsapp que no debió ser: El tiempo dirá quién es el traidor. El que se
lleva se aguanta. A lo que la señora contestó: ¿Me estás amenazando? ¿O por qué
lo dices? Y ya no obtuvo respuesta.
En su edición de este miércoles El Dictamen cabeceó así
su nota de ocho columnas: Amenaza Eric Cisneros: “El que se lleva se aguanta”.
Lanza Secretario de Gobierno estatal una advertencia a El Dictamen.
Y el tipo quedó exhibido igual que Otto Granados hace
más de 26 años.
Si lo que deseaba Rocío Nahle era una persona que
conciliara con los grupos de poder para ver si éstos aceptan su candidatura
para la gubernatura de la entidad, se equivocó de palmo a palmo con Eric
Cisneros.
Cada vez que abre la boca el nativo de Otatitlán (pero
avecindado desde muy pequeño en Baja California) es para provocar, retar, echar
bravatas o decir alguna sandez. Un sujeto así no le conviene a la zacatecana
porque está haciendo añicos su proyecto político.
Un tipo cerrado, acomplejado, pendenciero y con la
sangre tan pesada tampoco le conviene al gobernador Cuitláhuac García y mucho
menos a Veracruz.
Si lo siguen aguantando, aguas con la respuesta de los
veracruzanos en las elecciones del 2021. Y aguas Rocío en las del 2024 donde
para entonces el factor Eric, habrá dado al traste con el sueño de que Morena
repita su triunfo en la gubernatura de Veracruz.