Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
Cuando el 12 de octubre del 2016 Carlos Loret de Mola
le preguntó Javier Duarte de Ochoa si no temía ir a la cárcel por las
acusaciones sobre un multimillonario desvío de recursos, el gobernador contestó:
“Por supuesto que no, el que nada debe, nada teme”. Pero cinco días después se fugó
del país por la puerta de atrás, con lo que demostró que debía y mucho al
erario veracruzano.
A pesar de que mucha gente inocente recurre a esa
frase, últimamente se la han agenciado los cínicos cuando están en la plenitud
del poder, como César Duarte y Roberto Borge. Ambos, sobrados de soberbia,
contestaron más o menos en igual tenor. “A mi que me investiguen, no van a
encontrar nada. El que nada debe nada teme”. Pero debían tanto que también
huyeron, y fueron atrapados al igual que Javier.
El pasado 5 de este mes una mujer que se identificó
como “Martha 254” acusó públicamente al súper delegado del Bienestar, Manuel
Huerta Ladrón de Guevara, de haberla violado aprovechándose de su necesidad por
conseguir trabajo.
Martha dijo que lo aceptó como amigo en Facebook y ahí
comenzó su drama. “Me preguntó si sabía quién era, la verdad yo no tenía ningún
contacto con esta clase de personas. Me habló de las luchas (sociales) en las
que acompañó al presidente, me dijo que son muy buenos amigos y que es jefe del
gobernador, pero ya después enseñó otra cara; la de violador”.
El presunto ataque sexual ocurrió en septiembre del
año anterior y en ese mes presentó su denuncia ante la Fiscalía General del
Estado, pero sus abogados se negaron a llevar el caso por el poder político que
dice tener el funcionario, hasta que otro abogado decidió defenderla.
¿Y la denuncia?
Tiene más de un año que duerme el sueño de los justos
en la FGE y Huerta ni siquiera ha sido llamado a declarar.
Entrevistado un día después de que fuera denunciado
ante los medios, Manuel Huerta soltó la frasecita: “El que nada debe, nada teme.
Todo muy tranquilo, todo bien”.
Pero debería temer.
Si bien es cierto que en estos tiempos cuenta con la
complicidad de la Fiscal Verónica Hernández Giadáns (que al encubrirlo está cometiendo
un delito), esa complicidad no durará por siempre. Martha 254 aseguró que no
quitará el dedo del renglón hasta que su atacante reciba el castigo que estipula
la ley, e irá a instancias superiores en busca de justicia.
Este no es el único agravio en el que se ha visto
envuelto el súper delegado; tiene varios.
En septiembre y a propósito de la rifa del avión, funcionarios
del Instituto de los Pueblos Indígenas y de la delegación del Bienestar, les
quitaron a los tesoreros de las escuelas “Vicente Guerrero” del municipio de
Coxquihui y de la “Gregorio Torres Quintero” ubicada en la sierra de Zongolica,
los cachitos premiados con 20 millones de pesos cada uno, lo que provocó
airadas protestas de los habitantes.
Los agraviados acusaron a los funcionarios y a Manuel
Huerta del despojo, pero clamaron en el desierto porque hasta la fecha no se
sabe dónde quedaron los cachitos y, sobre todo, qué le hicieron a la lana.
“El día que investiguen las cuentas bancarias de
Manuel Huerta, tanto en el SAT como en la Unidad de Inteligencia Financiera se
van a ir de espaldas. Este sujeto está millonariazo gracias a que ha traficado
con la pobreza de la gente”, me dijo una persona que lo conoce de años y lo
siguió en sus “luchas sociales”.
Huerta Ladrón de Guevara está siguiendo el mismo
esquema de los Duarte y Roberto Borge que creyeron que la impunidad les duraría
toda la vida… hasta que se les acabó.
Es casi seguro que este presunto ataque sexual no ha
llegado a oídos de López Obrador, porque de lo contrario ya estaría tupiendo a
Manuel. O quizá lo sabe y lo está guardando para llevarlo al cadalso un poco
más adelante, cuando necesite agenciarse votos para Morena en Veracruz.
Es decir, Manuel Huerta está en el hoyo y aunque
pretenda ocultarlo, sin duda está temeroso porque la acusación es muy grave y
la pena corporal puede ser de hasta veinte años de prisión.
Si en efecto es inocente ya la libró. Pero si no que se
cuide, porque la impunidad no es eterna y más temprano que tarde la justicia
irá por él.