Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
Primero manifestó su descontento por las altas tarifas
de energía eléctrica que pagan los veracruzanos a la CFE. “La parte económica
es una pandemia igual de poderosa y destructiva que el Covid-19, por lo que
desde el gobierno se debe ser sensible al terror económico que se imprime al
pueblo a través de las altas tarifas de electricidad en Veracruz”, dijo Ricardo
Ahued en entrevista, días antes de que regresara a su curul en el Senado.
Después presentó una iniciativa para hacer
responsables a los servidores públicos que desvíen o no apliquen recursos que
ya fueron etiquetados. Es decir, pretende que se castigue el subejercicio y si
esta iniciativa llega a pasar, meterá en un brete al gobernador Cuitláhuac
García, a la mitad de su gabinete, a varios diputados locales y alcaldes como
el de Xalapa, Hipólito Rodríguez Herrero, que ha devuelto a la Federación más
de 20 millones de pesos.
Tanto su crítica a la CFE como su propuesta contra los
subejercicios han caído como plomo en Palacio Nacional. Y es que el presidente López
Obrador no tiene la menor intención de reducir las tarifas en Veracruz y así lo
hizo saber en su última visita. “¿Saben cuándo bajaremos las tarifas? Cuando
rescatemos a Pemex y a la CFE” dijo a los reporteros.
Y quizá lo que más le molesta es que Ahued pretenda
castigar a los responsables de los subejercicios cuando ese dinero es para “su
proyecto”, que no es otro que ganar las elecciones intermedias del 2021.
Pero Ricardo Ahued no ha parado en sus críticas, no
sólo a su partido sino al mismo López Obrador que fue quien ordenó a los
diputados de Morena la extinción de 109 fideicomisos cuya desaparición lesiona
a campesinos, estudiantes, académicos, maestros, cineastas y científicos.
El legislador no aguantó el atropello y escribió en
sus redes. “Lamento que se proponga la desaparición de fideicomisos y recursos
de importantes proyectos para la ciencia, la tecnología, la cultura, el cine y
sobre todo en pro de acciones de financiamiento rural, en especial el CONACYT”.
Quizá no falte quien diga que Ricardo siempre ha sido
contestatario y así es. Fue una de las voces más críticas del PRI en tiempos de
Duarte y contra el propio Javier Duarte. Y cuando sus mismos compañeros de
partido le llenaron el buche de piedritas presentó su renuncia y se fue.
Pero ahora es diferente porque lo que pide Andrés
Manuel a los morenos es algo más que simple lealtad: “Pedimos lealtad a ciegas
al proyecto de transformación porque el pueblo nos eligió para eso, para acabar
con la corrupción, las injusticias. Es lealtad al pueblo, no a mi persona. La
lealtad a las personas se convierte en servilismo”.
La petición AMLO es muy cuestionable porque a pesar de
que 30 millones de mexicanos votaron por él para que acabara con la corrupción
y las injusticias, ni la corrupción ni las injusticias se han acabado. Por el
contrario, han aumentado una barbaridad. Y quien lo dude que se asome a las
estadísticas.
Eso de que la lealtad es al pueblo y no a su persona, que
se lo crea un recién nacido. Hasta sus seguidores más fanáticos saben que
Andrés Manuel exige lealtad absoluta y ciega para él. Y la puerta de Palacio
Nacional está muy grande para que salga por ahí quien no acepte ser leal hasta
la ceguera.
Y Ahued será leal pero no está ciego. Quizá sin
proponérselo se ha convertido en la voz de los morenos de Veracruz que desean
manifestar su inconformidad al presidente por sus políticas atropelladas, pero
no lo hacen por miedo.
Las críticas de Ricardo no solo desentonan con la
política de Morena, sino que irritan cada vez más a López Obrador que ya debe
estar preparando una retahíla de descalificaciones contra el Senador, si un día
éste decide deslindarse del tabasqueño.