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miércoles, 25 de noviembre de 2020

Cinco años para pavimentar 32 kilómetros de carretera

 Desde el Café


Bernardo Gutiérrez Parra

Para pavimentar 250 metros lineales de la calle Clavijero en Xalapa, el gobierno municipal de Hipólito Rodríguez Herrero se tardó la friolera de siete meses. Y la obra quedó mal. A la semana de ser abierta a la circulación un aguacero cuarteó parte del pavimento y ya imaginarás lector la de aplausos que recibió el alcalde.

Otra obra también chafa fue la pavimentación de la calle Allende. Quienes adoquinaron esa rúa lo hicieron bien y bonito, pero se olvidaron de conectar correctamente el drenaje y cada vez que llueve se convierte en una postal muy ilustrativa de lo que sería Venecia en Xalapa.   

Eso de pavimentar calles no se les da a los de la 4T y lo de rehabilitar caminos tampoco. Al menos en lo que al tiempo se refiere.   

Una nota informativa dice que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes inició los trámites para la modernización del tramo carretero Minatitlán-Hidalgotitlán, un camino que está del asco, lector. Es intransitable por tanto hoyanco como tiene, incluso hasta un caballo distraído que no mire bien por dónde camina puede romperse una pata.

Los 32 kilómetros tendrán una inversión estimada de 193 millones de pesos. La nota dice que ese camino es uno de los principales proyectos para el 2021 y fue anunciado por el Presidente López Obrador desde el 2019, año en que dijo que la rehabilitación se llevaría a cabo con recursos del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado. Y no descartó que fuera gente de las comunidades cercanas la encargada de realizarla en lugar de una empresa constructora.

Hasta ahí todo va bien. Pero…

Su construcción tardará 60 meses o cinco años. Es decir, si se comienza el próximo año como está proyectada, esa carretera será entregada en 2026.

¿Cinco años para pavimentar 32 kilómetros?

“Es que se van a ejecutar 61 obras de drenaje, se va a mejorar la superficie de rodamiento en siete puentes y se ampliará su anchura de seis a siete metros”, dice el manifiesto de Impacto Ambiental de la SCT.

Como quiera que sea, es un mundo de tiempo.

¿Alcanzarán esos 193 millones de pesos para rehabilitarla y pagar a los trabajadores durante cinco años? Yo veo el proyecto muy hacia arriba; pero muy hacia arriba.    

Digo, una cosa es que el gobierno sea austero y otra que se quiera pasar de miserable.

¿Por qué tanto tiempo para pavimentar 32 kilómetros?

Quizá porque en efecto, ese trabajo lo realizarán habitantes de las comunidades que trabajarán casi a mano limpia, es decir, con el mínimo de maquinaria pesada.

Bajo esta premisa se han pavimentado varios caminos rurales y el gobierno se ha ahorrado una lanototota ya que los trabajadores no reciben ningún tipo de prestaciones o incentivos, solo su sueldo pelón. Pero una carretera de 32 kilómetros y siete metros de ancho ya son palabras mayores.

López Obrador ha dicho que prefiere la mano de obra de las comunidades a la de las constructoras porque son transas. También dijo que es mejor hacer carreteras como las hacían nuestros ancestros porque “está comprobado que duran más”.

Y tiene razón, pero las carreteras de antes eran para que las usaran mulas, caballos y carretas. No automóviles, camiones o unidades con varias toneladas de carga.

Por la depreciación del peso frente al dólar, por el alza en el costo de los insumos y por otras calamidades, tengo la sospecha de que lo barato le saldrá caro a la 4T y esa obra costará mínimo el triple de los 193 millones. Pero eso lo veremos en cinco años.

La nota termina diciendo que la vida útil de la carretera será de 30 años, pero tengo mis dudas. Podría apostar a que antes de que cumpla otro lustro la estarán bacheando o estará en el abandono como se encuentra en la actualidad.

Pero para ese entonces y por razón natural es difícil que López Obrador viva, por lo que no escuchará la de improperios que le lanzará la raza de esa zona. Igual a la de mentadas que le obsequiaron los xalapeños a Hipólito Rodríguez después de que les entregó las calles de Clavijero y Allende, “debidamente” pavimentadas.

 

¿Un Caballo Negro para Tuxpan?

Uno de los nombres que comienza a escucharse con fuerza en Tuxpan como probable candidato a la presidencia municipal de ese puerto, es el del doctor Lorenzo Gogeascoechea Trejo, que tiene un palmarés brillante tanto a nivel profesional como en el servicio público.

Lorenzo Gogeascoechea es médico del IMSS, pero en su hoja de servicios destaca que fue Jefe de la Jurisdicción Sanitaria número 2 de la SSA, también fue Presidente del Consejo de Administración del Centro Médico de ese puerto y Director Médico de la Cruz Roja.

Como funcionario público ha tenido una dilatada carrera ya que fue Director de Turismo Municipal; Delegado en la Zona Norte de Turismo en el Estado; Director de Ecología, Limpia Pública, Parques y Jardines.

Además, fue Director del Centro de Estudios Políticos Económicos y Sociales (CEPES); Presidente de la Fundación Colosio; Presidente de la Asociación de Profesionales y Técnicos, Secretario de la CNOP municipal y Presidente del Comité Directivo Municipal del PRI en ese puerto. En la actualidad funge como Coordinador de la Asociación “Primero Tuxpan”.

El doctor Gogeascoechea es un priista de toda la vida que se ha destacado por su eficiencia en los cargos que ha desempeñado y tiene un plus, un valor agregado: es trabajador, honrado y honesto. Cualidades de las que no pueden presumir varios de los aspirantes a la alcaldía. 

Sin duda por eso muchos tuxpeños lo están proponiendo como aspirante a ese puesto.

Apunta su nombre lector, puede que Lorenzo Gogeascoechea sea el Caballo Negro del PRI a la presidencia municipal de Tuxpan.  

bernardogup@hotmail.com