Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
En
una elección derecha Morena no tiene la mínima posibilidad de repetir el
triunfo del 2018 en Veracruz porque su gobernador ha resultado una nulidad, sus
diputados son catalogados como los más incultos e ignorantes en la historia de
la Legislatura local y sus alcaldes han resultado un fiasco.
Por
ese lado Morena está en la lona.
Pero
la orden de Palacio Nacional es que repitan como mayoría en el Congreso y, a
pesar de que en la actualidad tienen 18 alcaldías, la meta es que amanezcan el próximo
7 de junio como dueños de 100 de los 212 municipios.
¿Cómo
lograr semejante hazaña con un gobernador impopular, unos diputados pésimos
para legislar y unos alcaldes que han defraudado a la ciudadanía? Con dos argumentos
de mucho peso: dinero y labor de convencimiento.
El
dinero no será problema porque será repartido casa por casa por los Servidores
de la Nación entre la gente pobre y muy pobre, que son casi las son dos
terceras partes de los veracruzanos.
Donde
les está fallando y muy feo a los morenos, es en el personaje que escogieron
para convencer a los alcaldes de la oposición (principalmente los del PRD), de
las bondades de que sus gobernados voten por los candidatos de Morena.
“En
el papel la labor era muy sencilla. Era sentarse a platicar con cada uno de los
alcaldes, ofrecerles obra para sus municipios, condonarles adeudos y ofrecerles
también una ‘gratificación’. Pero escogimos a Eric Cisneros Burgos, el menos
indicado para ejercer esa tarea”, me dijo un funcionario cercano al gobierno
estatal, 24 horas después del asesinato de la alcaldesa de Jamapa, Florisel
Ríos Delfín.
Y
en efecto, en lugar de dialogar, Eric desenvainó el machete verbal y comenzó a
amenazar, uno por uno, a los alcaldes perredistas a los que prometió “ahorcamiento
financiero, hostigamiento policiaco y que se atuvieran a las consecuencias” si
no se plegaban a sus exigencias.
Los
alcaldes de Papantla, San Rafael, Apazapan, Espinal, Ixhuatlán del sureste y
Coatzintla, no se quedaron callados y lo denunciaron en la Cámara de Senadores junto
con el gobernador Cuitláhuac García. Como era de esperarse Cuitláhuac negó el
hecho, pero luego vino el asesinato de la presidenta municipal y esto hizo
crujir el plan electoral de Morena. Crujir en serio.
Horas
después del asesinato y en conferencia de prensa, las alcaldesas perredistas de
Chacaltianguis, Zacualpan, Tatahuicapan y Villa Aldama negaron que Eric las amenace
o las trate mal, pero nadie les creyó. De hecho, quedó flotando en el ambiente
la certeza de que el propio Eric las envió a esa conferencia.
Cuitláhuac
salió a prometer que no habrá impunidad en el crimen, pero tampoco le creyeron.
La Fiscalía estatal está tan devaluada que no pocos aseguran que con tal de dar
una respuesta rápida, presentará a un par de infelices como responsables de un
crimen que no cometieron.
Un
borrego salido de no sé dónde dio por hecho la llegada de Ricardo Ahued a la
Secretaría de Gobierno y la dimisión de Eric. Esto puso felices a los
veracruzanos hasta que el propio Ricardo desmintió la versión.
Pero
las voces que exigen que se vaya el Secretario de Gobierno se multiplican. El tipo
es un patán sin capacidad de diálogo que no tiene por qué estar en el segundo
puesto más importante de la entidad. Él y nadie más se ha convertido en un verdadero
peligro para Morena y la 4T.
Si
se empecinan en sostenerlo, Eric Cisneros hará que estalle en pedazos el sueño
electoral de López Obrador para Veracruz.