De: Francisco Berlín Valenzuela (ciudadano veracruzano)
Quisiera comenzar
esta carta, recordando con usted, que la política es una actividad ejercida por
los seres humanos, con el propósito de servir con desinterés a sus semejantes y
ayudarlos a resolver los problemas por los que
atraviesan en sus vidas. Su realización se desarrolla como pensamientos
y acciones, dando lugar a las ideas políticas y a los hechos políticos.
Quienes se dedican a estas actividades,
necesitan tener conocimientos de la historia de las ideas políticas, para
comprender la influencia que han ejercido en líderes y conductores de pueblos, quienes
inspirados en ellas han determinado la orientación ideológica para gobernarlos.
Los pensadores políticos, han sido los forjadores de los sistemas políticos y
de las formas de gobierno y de estado.
Usted, por
azares de la vida, de repente se vio envuelto en las actividades políticas,
favorecidos por circunstancias que lo han colocado en el honroso cargo de
Gobernador de Veracruz. Han pasado casi 26 meses y el pueblo que gobierna, no
parece sentirse satisfecho con las ideas políticas que lo animan, ni con las
acciones realizadas, razones que explican las fuertes críticas y adversos comentarios
a su actuación pública.
En estas
condiciones, es de pensarse que ha llegado el momento de hacer un acto de reflexiones profundas, con
una autocrítica sería y sincera, evaluando lo hecho hasta ahora en el ejercicio
de su cargo, el apoyo que le han
brindado sus colaboradores, algunos de los cuáles no han sabido responder a su
confianza, tal vez, por su falta de preparación para el desempeño de los cargos
que ocupan, carencia de creatividad y ausencia de espíritu de servicio, lo que
hace recordar la frase colocada en el frontispicio de la Universidad de
Salamanca “Lo que la naturaleza no da, Salamanca no (lo) otorga”
Lo
anterior se lo comento, porque en muchas partes de nuestro Estado y fuera de
sus límites, me apena escuchar tantas críticas y censuras sobre su persona,
bromas de mal gusto aludiendo a la forma en que está ejerciendo el poder en
Veracruz, desaprovechando la valiosa oportunidad que la vida le ha otorgado,
para aprovechar el cargo a fin de contribuir a mejorar las condiciones
existenciales de la población que generosamente lo llevó al poder mediante su
voto.
Veracruz
es y ha sido una tierra pródiga en hombres valiosos, que han brillado nacional
e internacionalmente en las diversas ramas de sus profesiones, los cuales son
un motivo de orgullo para todos los habitantes de la entidad.
A lo
largo de su gobierno, usted ha dado la
impresión de desconocer el valor de estos veracruzanos, poseedores de valiosas
experiencias administrativas, encerrándose en una burbuja de cristal
esmerilado, rodeado por cortesanos que no dejan que nadie se le acerque,
provocándole un distanciamiento social con sus gobernados, que ha dañado su
imagen como servidor público de alta investidura.
Urge que
salga de esa burbuja, que abra las puertas de sus oficinas y que atraiga a los
ciudadanos para establecer un diálogo
directo con ellos, pues me consta que muchos se alejaron de usted, al ver que sus puertas estaban siempre
herméticamente cerradas.
Tal vez,
mi formación política al lado del Gobernador Murillo Vidal, me hizo comprender
la importancia de que los funcionarios reciban a sus gobernantes, pues como él
decía al dialogar con las personas, muchas de las cuales vienen de municipios
lejanos, aprendía de ellos, de sus
necesidades y de sus problemas, permitiéndole conocer directamente el entorno humano y material de
sus comunidades.
De él
aprendí que a los colaboradores hay que seleccionarlos por su prestigio
personal y profesional, tratando con ello de rodearse de buenos elementos,
capaces y preparados. Recuerdo que a muchos de sus importantes funcionarios,
los designó él sin conocerlos personalmente, viendo sólo sus curriculums e
informándose de sus capacidades a través de sus amigos.
También,
debe ser una lección para muchos funcionarios, lo que pensaba Murillo Vidal, de
que los políticos que llegan al poder, no debían mantener rencores en contra de
sus adversarios en las luchas políticas, porque eso los llenaba de amargura, de
resentimientos y de sentimientos de venganza que mucho les perjudicaba en su
estabilidad emocional para gobernar.
Espero
señor Gobernador, que analice usted esta carta, hecha de buena fe, por un
ciudadano que ha servido a su entidad y a la federación , con honradez y deseos
de ser útil en todos los cargos desempeñados. No me anima al dirigírsela ningún
interés personal, ni tampoco pretensión laboral alguna, pues sólo aspiro a que rectifique un camino
que ha sido recorrido con insuficientes y limitados conocimientos en el arte de
gobernar, dañando su prestigio de funcionario veracruzano.
Espero que
comprenda la buena intención de esta misiva y reflexione sobre la necesidad urgente de
adoptar algunas decisiones firmes, que lo lleven a reestructurar su equipo de
gobierno, servir mejor a su pueblo y a favorecer su imagen como gobernante, en
beneficio de Veracruz.
ATENTAMENTE
Francisco Berlín Valenzuela