Desde el Café
La diputada federal Dorheny García Cayetano y las
legisladoras locales Rosalinda Galindo y Ana Miriam Ferráez que sueñan, anhelan
y suspiran por la presidencia municipal de Xalapa y que no estaban dispuestas a
ceder ni un ápice, este lunes cambiaron de opinión y bonitamente dijeron que
declinan a favor del senador Ricardo Ahued Bardahuil.
Como aval de sus palabras se hicieron acompañar del coordinador
de Morena en el Congreso local, Juan Javier Gómez Cazarín, quien dijo que tienen
“toda la intención” de que Ricardo participe en el proceso ya que no solo
cuenta con el respaldo los xalapeños, sino de la militancia morenista, aunque
esto último es una falacia monumental.
Hace dos meses el gobernador Cuitláhuac García le
pidió a su candidata favorita Dorheny García, que se olvidara de la alcaldía y visitara
a Ricardo para brindarle su apoyo. Obediente, la chica aceptó la encomienda y
llevó de testigo a Esteban Ramírez Zepeta. Pero tras charlar unos minutos y las
selfies de rigor el senador dijo que no le entraba.
Esta vez es diferente porque la petición viene de más
arriba.
En Morena saben muy bien que con Dorheny como
candidata (incluso llevando a Rosalinda y Ana Miriam de pilón) Xalapa está
perdida. Ante esto, el secretario de ese partido en Veracruz, Gonzalo Vicencio
y el líder nacional Mario Delgado, le habrían presentado a López Obrador unas
encuestas donde la ex alcaldesa de Xalapa, Elizabeth Morales, puntea sobre
cualquier moreno e incluso sobre aspirantes de otros partidos.
Pero cuando el Presidente vio otras donde se augura
que Ricardo Ahued ganaría de calle comentó: “Hablen entonces con Ricardo”.
Gómez Cazarín y sus muchachas no se tomaron la
molestia de hablar con el senador y tampoco se molestaron en organizar una
conferencia de prensa. Simplemente llegaron al café La Parroquia de Xalapa
(atestado de lunes a viernes de reporteros) y ahí soltaron la sopa.
Tomado fuera de base, Ricardo dijo que agradece el
apoyo y esperará los tiempos electorales para dar su opinión sin violentar el
marco legal. Y no dijo más.
Aunque aún no hay nada para nadie, tanto Cuitláhuac
García, como Eric Cisneros, los diputados de Morena y los morenistas “puros” se
frotan las manos ante la posibilidad de que Ahued acepte la candidatura.
Ninguno de ellos quiere a Ricardo, pero estarán
felices si acepta porque esto le abriría la puerta a Rocío Nahle para buscar la
gubernatura de Veracruz en 2024 sin que nadie le haga sombra.
Ahued por su parte deberá sopesar la intención de
quienes le están ofreciendo la apetitosa manzana envenenada.
Si su deseo es volver a gobernar Xalapa, la mesa
estaría más que puesta. Pero si sus aspiraciones van más allá del 2021 entonces
deberá declinar porque será alcalde de una ciudad en quiebra, insegura, sucia y
endeudada. Bastará con que levante tantito la alfombra para brote la porquería
de la corrupción y el desvío de recursos que tendrá que denunciar. Y esto lo
llevará a conflictuarse con el Presidente y el gobernador.
Con lo pichicatos que son Cuitláhuac y Andrés Manuel para
brindar apoyos, jamás le darán los que recibió en 2005 cuando fue munícipe y eventualmente
lo dejarán a su suerte. Pero además, le van a querer llenar las direcciones y
subdirecciones con gente de ellos. Y no se diga la sindicatura y algunas
regidurías.
Y por último, Xalapa es el trampolín menos indicado
para llegar a la gubernatura. Nunca, ningún alcalde xalapeño ha sido gobernador
y menos lo sería un desgastado y cansado Ricardo Ahued.
Si acepta la alcaldía, políticamente subiría para
abajo porque se desbarrancaría de una senaduría a una presidencia municipal.
En cambio como senador, tiene la oportunidad de
placearse por la entidad los próximos tres años para conocer a la gente y que
la gente lo conozca. Tendrá libertad de hacer amarres, ganar voluntades,
construir puentes, deslizar futuras soluciones para cada municipio y entonces
sí, a ver quién le quita la candidatura para dársela a Rocío Nahle.
La decisión, está en sus manos.