Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
Dos años en París pueden
resultar fatales. Y esa fatalidad le puede caer al panista Miguel Ángel Yunes
Márquez que tras perder las elecciones del 2018 a la gubernatura de Veracruz,
agarró sus chivas y fue a lamerse las heridas a la Ciudad Luz.
Pero se fue y lo
olvidaron. Y en política santo que no es visto no es venerado.
Hace unas semanas regresó
y dio a entender que competiría por la alcaldía del puerto jarocho. Pero el
dirigente estatal del blanquiazul Joaquín Guzmán Avilés, lo paró en seco a
manifestar que primero tendría que obtener la residencia (Miguel Ángel vive en
Boca del Río) y después ya verían.
Lo cierto es que Joaquín
no lo quiere y apoya al diputado local Bingen Rementería, que en los últimos
dos años se la ha pasado recorriendo colonias y entregando apoyos a fin de
agenciarse voluntades y lo ha conseguido.
No hay encuesta local
en la que Bingen no vaya a la cabeza.
Pero quizá la realizada
por la empresa “Parametría” entre panistas residentes en el puerto sea la
puntilla para Miguel Ángel, pues arrojó que el 67% votará por Bingen, mientras
el 25% lo hará por él.
Más apabullante el
porcentaje imposible. Aunque hay quienes aseguran que conforme se acerque el
día de la elección del candidato, la ventaja de Bingen se ensanchará.
Desde que regresó a
Veracruz, Yunes Márquez presionó para que las candidaturas del PAN se otorgaran
de manera directa. Incluso se retrató con el líder nacional Marko Cortés y
difundió un borrego en el sentido de que el candidato a la presidencia
municipal de Veracruz sería designado por el Comité Ejecutivo Nacional.
Pero nada. Días después
se aprobó la votación interna para designar candidatos y en ese sentido lleva
las de perder.
Si las votaciones son
derechas lector, Bingen será el próximo abanderado del PAN a la alcaldía. Y si
prospera la coalición con el PRI y el PRD, entonces la triple alianza será un
trabuco bárbaro en el puerto jarocho.
¿Y qué con Yunes
Márquez?
Está metido en un
berenjenal, pero si quiere seguir vigente deberá conformarse con una diputación
local o federal. Aunque para eso tendrá que buscar el apoyo (aquí sí) de Marko
Cortés, porque Guzmán Avilés nunca se lo dará.
Donde es seguro que la
puerca tuerza el rabo será en 2024. Miguel Ángel sigue anhelando la gubernatura
que perdió por 200 mil votos y la buscará con todas sus ganas.
Pero se topará con que
también la quiere Julen Rementería y es probable que el senador se quede con
ella.
¿Por qué? me explico.
Cuando Miguel Ángel
Yunes Linares buscaba la gubernatura, también buscó que Julen lo respaldara y a
cambio le prometió que lo apoyaría para que lo sucediera en 2018. Pero apenas
fue ungido gobernador, se convirtió en el propagandista número uno de su hijo y
mandó a diablo a Julen.
Dolido, Julen apoyó a
Joaquín para la dirigencia estatal del PAN y cuando éste ganó, se dice que en
la embriaguez del triunfo le dijo al senador: “Para el 2024 tu serás el
candidato del PAN a la gubernatura”. “¿Seguro?”, interrogó Julen. “Si quieres
te lo firmo”, le contestó Joaquín.
Y Julen no duda que
esta vez sí le cumplan.