La reunión celebrada en la Ciudad de México en la que se definieron los términos de la alianza “Juntos Haremos Historia” para Veracruz, no sólo contó con la presencia de los dirigentes estatales del PT, Vicente Aguilar y del Partido Verde, Marcelo Ruiz; además de los personeros del gobernador Cuitláhuac García: Esteban Ramírez Zepeta y el diputado Juan Javier Gómez Cazarín. Hubo un personaje más.
Este fue el diputado Jaime Humberto Pérez Pardavé que estuvo
representando los intereses del súper delegado para los Programas Federales,
Manuel Huerta Ladrón de Guevara.
Se supone que la participación de Pérez Pardavé sería muy discreta pues
tanto él como Manuel Huerta, tenían en claro que la definición de candidaturas
al Congreso local y a los ayuntamientos son prerrogativas del gobernador. Por
lo que el legislador se limitaría a servir de testigo de piedra de las
resoluciones ahí tomadas. Pero…
Después de intensas horas de negociación y tras resolver la gran mayoría
de las candidaturas, las cosas se atoraron en dos temas importantes: la
alcaldía de Tuxpan y la diputación local por el Distrito VIII, con cabecera en
Misantla.
En el caso de Tuxpan, tanto Zepeta como Gómez Cazarín fueron
contundentes y terminantes. Dijeron que la instrucción del gobernador era que
Morena no respaldaría la candidatura de un personaje tan cuestionado en su desempeño
como servidor público y tan cercano al exgobernador Javier Duarte.
Se referían por supuesto, a Alberto Silva Ramos (exalcalde de ese puerto,
exdiputado federal, expresidente estatal del PRI y sin duda el más duartista de
los duartistas), propuesta que había puesto sobre la mesa el Partido Verde.
Pero Zepeta y Cazarín se mantuvieron inflexibles.
Al ver que su candidato era rechazado rotundamente, Marcelo Ruiz
insistió, presionó y ofreció otras posiciones, a cambio de conseguir que Beto
Silva fuera por la alcaldía de Tuxpan con el respaldo de Morena y el PT. Pero como
nada le funcionó decidió nivelar la balanza: “Si no respaldan a Silva en
Tuxpan, nosotros no apoyaremos a Rubén Carrasco en Misantla y mandaríamos a
Román Bastida”, dijo.
En ese momento la negociación cambió de escenario y ante la polarización
de las partes, se determinó que en Tuxpan no habría alianza, y en el Distrito
de Misantla sí la habría, pero el candidato se definiría mediante una encuesta.
Hasta ese momento las propuestas para el Distrito VIII eran Rubén
Carrasco por el Partido del Trabajo y Román Bastida por el PVEM. Pero el
diputado Pérez Pardavé levantó la mano y metió su cuchara al manifestar que si la
candidatura se iba a una encuesta, entonces Morena ponía a consideración otro
nombre, el de Gustavo Moreno Ramos.
Manuel Huerta tiene claro que Gustavo Moreno (que fue dirigente del SNTE
en Veracruz) es el menos competitivo de los aspirantes a la diputación. Su
decisión de renunciar hace tres años a la misma candidatura lo descalifica de
entrada.
Pero al ver que se trataba de una encuesta y convencidos de que Gustavo
Moreno es una figura política conocida en aquella zona, tanto Huerta como
Pardavé decidieron medirlo en la encuesta.
El problema es que pasaron por alto un detalle que no es menor. En 2005
Gustavo Moreno Ramos era diputado federal cuando en San Lázaro se sometió a
votación el dictamen en el que se proponía el desafuero del Jefe de Gobierno
del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador.
¿Y qué crees lector? Gustavo votó a favor del desafuero.
De todas las resoluciones del Poder Legislativo queda memoria. Los
documentos
que dan fe de lo sucedido en aquella ocasión mencionan que Moreno Ramos
votó para que López Obrador fuera desaforado. ¿Acaso no lo sabía Manuel Huerta?
Hasta ahora, nadie ha puesto en duda la lealtad del súper delegado para
con su amigo y jefe político, el Presidente López Obrador. Repito, hasta ahora...
Nadie, ni el más tonto de la comarca, cree que Manuel Huerta ignore que su
apuesta política para Misantla, aquel a quien colocó como coordinador de las
Becas Benito Juárez para que se fortaleciera en su Distrito, formó parte de esa
conjura para borrar del escenario político (y por supuesto, para meter a la
cárcel), a Andrés Manuel López Obrador.
¿En verdad Manuel Huerta está apoyando a un traidor como Gustavo Moreno
Ramos para abanderar la Cuarta Transformación en Misantla?
¿Será que Ladrón de Guevara (Ladrón de a de veras como le dicen quienes
bien lo conocen) se apresta a traicionar al hombre a quien debe su carrera
política?
Si algo tiene Andrés Manuel es ser desconfiado por naturaleza. Con todo,
en quien verdaderamente confía en Veracruz (por encima de Cuitláhuac García) es
en Manuel Huerta. ¿Qué pensará cuando se entere de la perfidia que éste le está
preparando?
Habrá que estar pendientes del caso de Morena en Misantla. Y sobre todo de
Manuel Huerta, cuyo apoyo a Gustavo Moreno huele a la más vil y soez de las trastadas.