Un domingo el gobernador Cuitláhuac García se levantó con ganas de comer tacos de carnitas en Banderilla e imagino que al ver el tramo de vía que corre de ese municipio a Rafael Lucio, tuvo una inspiración y dijo que construiría un Tren Ligero para enlazar a tres municipios con Xalapa. Y así lo anunció en un video. Ese domingo fue el 18 de agosto del 2019.
Su idea no fue mala, por el contrario. Pero para eso
se requieren un titipuchal de millones de pesos que el gobierno estatal no
tiene y el gobierno federal no está dispuesto a soltar. Quien se agarró del
proyecto fue el alcalde de Xalapa, Hipólito Rodríguez y si en algo ha gastado
sus energías es en promover el trenecito.
El 28 de febrero del año anterior, es decir, seis
meses después de aquellos tacos, se instaló el Comité Técnico Consultivo del
Tren Ligero Metropolitano de la Región Capital, en coordinación con la Agencia
Reguladora del Transporte Ferroviario. La primera etapa tendría una extensión
de 17.32 kilómetros y correría de Banderilla a la zona del Velódromo en Xalapa.
Un trayecto más largo que el Tren Ligero de la CDMX cuya extensión es de 13.4
kilómetros.
El 18 de marzo también del año anterior, el gobernador
dijo que el chistecito costaría 3 mil millones de pesos, beneficiaría a los
municipios de Xalapa, Banderilla, Emiliano Zapata y Coatepec y sería financiado
por los dos niveles del gobierno y la iniciativa privada.
Ajá ¿y?
Pues que hasta ahí llegó el tren.
Contra lo que pudiera suponerse, no hubo un solo
empresario que levantara la mano para decir “yo le entro al proyecto”, por la
sencilla razón de que el gobierno estatal es muy mal pagador. Le debe a decenas
de empresarios de la organización SOS y los pocos que tiene contratados se
quejan del retraso en los pagos.
Ante la nula respuesta de la IP el gobernador dijo
hace unas semanas que la obra se posponía por la pandemia, pero no quitó del
todo el dedo del renglón. El 16 de marzo, antes de que López Obrador visitara
Veracruz por enésima ocasión, Cuitláhuac estuvo en Palacio Nacional y le mostró
el proyecto al Presidente, pero como respuesta el tabasqueño le regaló una de
sus enigmáticas sonrisas.
Dos días después y a pregunta expresa Andrés Manuel sacó
la espada de descabello. “Es un buen proyecto, nada más que se contempla
terminarlo en el 2025 y es donde hay dificultad, porque nosotros no queremos
dejar ninguna obra en proceso”.
Pero este domingo el alcalde Hipólito Rodríguez hizo
un esfuerzo más. “Habría que ver cómo conseguimos el financiamiento, quizá
tenga que ser una asociación público-privada para que entren recursos de los
dos lados”.
¿De los dos lados? Ja ja ja ja.
Reitero, el Tren Ligero es una buena idea, pero su
construcción tendrá que esperar hasta que Andrés Manuel y Cuitláhuac dejen el
poder. Una obra de ese calado requiere en efecto de inversión privada, pero no
creo que haya en estos momentos inversionistas que deseen hacer negocios con un
gobierno federal que aparte de cicatero, los ha acusado de ser parte sustantiva
de las desgracias nacionales. Y tampoco con un gobernador que no sólo no les ha
pagado, sino que se ha burlado de ellos.
“Con otro gobierno, incluso de Morena, podríamos
sentarnos a platicar. Con el gobierno de Cuitláhuac García está roto el diálogo
en tanto no nos pague”, me comentó este domingo un empresario constructor.
Y si los empresarios no le quieren entrar a ese toro
Andrés Manuel menos. Su mensaje fue claro: en este sexenio el Tren Ligero no
va.
Lástima, era una excelente idea que se descarriló
antes de comenzar a rodar.
En
Vega de Alatorre violan la ley electoral
La noticia de la semana anterior fue el descontón que el
INE le dio a varios candidatos a puestos de elección popular a los que les
quitó eso, la candidatura, por no justificar sus gastos de precampañas. En ese
sentido el partido más amolado fue Morena al que le echaron para abajo a 37 de
sus candidatos.
Tras saber lo anterior surge la pregunta; ¿qué onda
con los actos anticipados de campaña? ¿Esos no se castigan?
Lo pregunto porque en el municipio de Vega de Alatorre,
la señora Milen Cuevas de Bastida, esposa del presidente municipal con licencia
Román Bastida Huesca y presidenta del DIF municipal, anda haciendo en abierto
campaña proselitista a su favor porque quiere suceder a su marido en la
presidencia municipal.
Un video muestra a doña Milen Cuevas platicar con un
grupo de taxistas a los que les pide su apoyo. “Andamos de casa en casa
saludando a las personas. Y ustedes que manejan el volante en el servicio
público, saben perfectamente las aspiraciones que nosotros tenemos, que es
buscar la candidatura a la presidencia municipal. Lo que queremos hacer es un
trabajo de continuidad…”, dice.
En otro se le observa a plena luz del día y con un
grupo de personas, hacer en efecto un recorrido casa por casa para decirles a
las familias lo mismo que dijo a los taxistas: que anda en busca del voto
popular porque quiere ser la sucesora de su marido en la alcaldía.
Que doña Milen quiera ser alcaldesa no es ningún
delito. Pero ¿se vale hacer campaña proselitista antes de los tiempos
estipulados por el INE? ¿Se vale organizar libremente actos anticipados de
campaña? ¿Acaso están permitidos por la ley?
Bueno sería que personal del INE se dé una vueltecita por
Vega de Alatorre para que constaten que no sólo en Guerrero o Michoacán se
viola la ley electoral. También se viola en ese municipio, a la vista de todos
y por una persona que por su posición en el Ayuntamiento (sigue siendo presidenta
del DIF municipal), debería poner el ejemplo de civilidad y ética que se exige
a todo hombre o mujer que aspire a un puesto de elección popular.