Quienes están bien al tanto de lo que sucede en el proceso electoral saben que, en Veracruz, a Morena no la pueden dar ya como derrotado al suponer que perderá el control de la Legislatura y un buen número de Ayuntamientos.
Hace, corregido y aumentado, lo que en su momento hicieron los del PRI y los del PAN cuando tuvieron el poder y lo querían conservar.
Esto de participar en política no es sencillo. Lo vemos claramente con quienes desearon ser candidatos por la vía independiente, a los que el OPLE, en su mayoría, les canceló el registro.
Y resultaron amonestados, Darío Colio, Everardo Gustin, Juan Escobar, Jesús Malpica, Omar Herrera y Luis Hernández.
Como se ve, la lista es larga de los que no solo se quedaron en el intento, sino que aparte recibieron sanción o amonestación.
Nada fácil esto de participar en la política y más complicado eso de querer ser candidato para un puesto de elección popular por la vía independiente.
Y volviendo a lo de Morena, puede decirse que lejos han quedado hechos como cuando no podían nombrar al coordinador de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Congreso local, porque no sabían consensuar ni siquiera con los diputados de su propio partido. Hoy ejercen el poder a todo lo que da.
Desde hace varios meses comenzó el operativo de convencimiento para un buen número de actores, algunos para integrarlos y otros para que desistieran de participar como candidatos o como personajes que influyen en las elecciones.
La mano dura se siente en diversas zonas de Veracruz y varios casos, por su notoriedad y alcances políticos y sociales, son muy conocidos en la opinión pública, pero otros no han trascendido. Unos resisten, la mayoría se dobla. Hay que tomar en cuenta que apenas se llegará a la mitad del actual gobierno.
¿Servirá para el objetivo que es ganar? En algunos casos sí, en otros no se puede contra el abundante voto de la gente. Con claridad se verá después del 6 de junio.