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Roberto
Hernández, de Tuxpan, figura entre los 20 más ricos de México
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Buena parte de
su fortuna la hizo con negocios financieros
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Ahora trasladó
sus inversiones a la industria farmacéutica
Por Miguel Angel Cristiani Gonzalez
Pocos son los
veracruzanos que saben que en la lista de los millonarios más importantes de
México, figura un paisano de Tuxpan, se trata de Roberto Hernández, que aunque
la mayor parte de su fortuna la debe a las empresas Banamex y Vitro,
actualmente se trasladó sus negocios a otros rubros como son la industria farmacéutica,
como Hypera Pharma.
Aunque la crisis económica de la pandemia del COVID ha afectado por igual a pobres que millonarios, de acuerdo con el más reciente reporte de la revista FORBES, en la que se dan a conocer los nombres de los 20 hombres y mujeres de negocios más acaudalados en nuestro país, Roberto Hernández figura en el lugar número 20, quien a sus 79 años de edad, logra mantener su fortuna en unos 1,700 millones de dólares, multiplíquenlo por veinte para calcular cuantos millones de pesos son.
Así las cosas, el
tuxpeño Roberto Hernández, se mantienen como uno de los hombres más ricos de
México y aunque buena parte de su fortuna se debe a los ingresos que le dejaron
las ventas de Banamex y Vitro en años pasados, el empresario aún cuenta con
otros negocios, como Hypera Pharma, donde tiene una pequeña participación.
Tan solo en 2020, la
farmacéutica brasileña registró un crecimiento en sus ingresos de 24%; pero
también lanzó su plataforma de comercio electrónico, en el segundo trimestre,
para la venta directa a los consumidores y tuvo más de 8,000 pedidos.
Mientras que para
este año Hypera espera seguir invirtiendo en aumentar su capacidad de
producción, especialmente en la planta de medicamentos estériles, lo que los
permitirá ingresar a un mercado en el que no están muy presentes.
En la actualidad, la
empresa está presente en los mercados de productos con receta, medicamentos sin
receta, suplementos nutricionales y vitamínicos, además de similares y
genéricos.
Aunque nosotros no hemos
tenido la oportunidad de conocer personalmente a Roberto Hernández, conocimos
en la etapa que estuvimos viviendo en el puerto de los bellos atardeceres, a su
padre don Pedro Hernández, quien incluso alguna vez llegó a ser presidente
municipal de Tuxpan, en la época del gobernador Agustín Acosta Lagunes.
Pese a que su hijo
ya era en ese tiempo, uno de los hombres más ricos de México, don Pedro
Hernández era un hombre modesto, a quien le gustaba cultivar la amistad, con un
selecto grupo de vecinos del puerto, a quienes frecuentemente invitaba a
desayunar allá en su casa de Santiago de la Peña a la orilla del río.
A don Pedro
Hernández le gustaba no solo cultivar la amistad atendiendo en persona a sus
amigos, en su propia casa, que por cierto, no tenía ningún muero ni paredes o
puertas en toda la planta baja, lo que hacía que tuviera un ambiente de
libertad y de contacto con la naturaleza.
Otra de sus pasiones,
era la agricultura de distintas variedades de frutas y por ello es que -aunque
también poco lo saben- fue el que trajo de Brasil las primeras plantas de lichi
y kiwui, que ahora disfrutamos en muchos de los hogares mexicanos.
Lamentablemente don
Pedro Hernández ya nos abandonó hace algunos años, por lo que como nosotros
tampoco hemos regresado al puerto de Tuxpan, ya no tuvimos oportunidad de
volverle a saludar.
Tal vez por ese
cariño que le tuvo don Pedro al cultivo de frutas y plantas extravagantes, es
que ahora su hijo Roberto Hernández, mantiene parte de su capital, en la
empresa brasileña que produce medicamentos y suplementos medicinales, vitaminas
y otros similares y genéricos.
Así las cosas, en el
baúl de los recuerdos, en el bello puerto de los más hermosos atardeceres en
todo el Golfo de México.
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