Persisten y aumentan pobres y hambrientos.
Millones y millones de seres humanos destinados de por
vida y hasta por generaciones, a limitaciones y sacrificios.
Sobresalen, el condenable uso y abuso de recursos
públicos a ellos destinados; y la inaceptable condicionalidad de su
manipulación, para aprovechar la
creación y manejo de un clientelismo perverso.
Las mayores afectadas, al primer trimestre de 2021,
son casi 30 millones de mujeres, de 15 años o más, que están fuera de la fuerza
laboral. El
impacto ha sido desproporcional. Ellas fueron,
el 84% de los 1.6 millones de personas que salieron de esa fuerza laboral #PEA; y el 70%, o sea 7 de cada 10 personas, de los
2.1 m que ya no están ocupadas, también eran mujeres. (Julio A.
Santaella.210521)
Estos
y otros aspectos sobresalen y deben considerarse. La cuestión es clara, pero no tan
simple y sencilla.
¿Qué permite
identificar y entender, atender y
resolver la pobreza?
¿Por qué aumenta o se sostiene la de tipo eco-social,
en gran parte de la población?
Preciso señalar. ¿Qué hay de la pobreza mental o
intelectual, y de los intereses que oculta y representa?
Importante y determinante. Lo primero que hay que
entender, apreciar y aceptar, es si se tiene o no, la capacidad de entendimiento
de lo que representan las necesidades humanas fundamentales (subsistencia, protección,
afecto, entendimiento, participación, ocio, creación e identidad); y, al mismo tiempo, si se tiene
asegurada la adquisición mínima o suministro suficiente, en calidad y cantidad,
de las llamadas necesidades básicas, elementales o de subsistencia.
Lo cual lleva a determinar o precisar, el tipo de
pobreza que se pretende enfrentar y que se padece en forma importante.
Téngase presente que para el citado primer trimestre
de 2021, tenemos ya en el país, según CONEVAL,
el 57% de la población en pobreza, esto es casi 71 millones de personas.
Y en pobreza laboral, se pasó del 35.% a 39.6%.
Un mundo de hechos reflejados en cifras, en
estadísticas que reflejan, sin duda, una
nueva realidad más difícil y complicada, que exige conocimiento y diagnóstico comprobado
y actualizado, objetivo y confiable.
No es posible hacer lo que se ignora, ni hablar de lo
que no se sabe, ni hacer lo que se ignora y se es incapaz. La real realidad,
desplaza al repetido discurso del todo va bien y viene lo mejor. Cuando, por
múltiples causas, se pasa de mal a peor.
Para simplificarlo, sin menoscabo de las demás
necesidades humanas, se parte del principio de que, para empezar, debe ponerse
atención puntual, a las básicas de supervivencia más sobresalientes. Sin satisfacerse
debidamente, oxigenación, sed, hambre, vestido,
vivienda, movilidad, recreación y otras ocasionan serios problemas.-.
Así, debe resaltarse esa capacidad de entendimiento y
comprensión; esa capacidad mental o intelectual, para identificar, distinguir y
apreciar, tanto la forma de subsistencia, como sus condicionantes. No se puede
atender bien lo que se desconoce o ignora, se minimiza o suplanta.
La pobreza mental o intelectual, tiene alcances
mayores, tanto en importancia como en consecuencias, pues impide conocer y
entender a la pobreza básica, para atender sus causas y efectos, y diseñar o
encontrar sus posibles soluciones.
LA POBREZA ECONOMICO-SOCIAL
Basada principalmente en no disponer de fuente de
empleo e ingreso mínimo suficiente, para atender las necesidades básicas de
subsistencia.
A mayo de 2021, con 20, 198,444 de empleos formales, apenas
se llega al nivel que se tenía en septiembre de 2018; que fue de 20, 803,652; los últimos tres años
han sido de CERO nueva creación. Recuperación lenta, se requieren,
aproximadamente 800 mil anuales.
Además, debe mencionarse que de la población ocupada,
por nivel de ingresos, se observa un empobrecimiento. Para empezar, también
respecto al primer trimestre de 2021, la población ocupada es de casi 53 millones,
cuando en el 2020 fue de 55 millones.
Disminuye población ocupada. Bajan los trabajadores
subordinados y remunerados; hay menos asalariados; decrecen los trabajadores
con percepciones no salariales: y se contraen, hasta los trabajadores no
remunerados.
En esta comparación, al año solo aumentan los
empleadores, y los trabajadores por cuenta propia.
En cuanto a niveles de remuneración, respecto a una
menor población ocupada en 2021, en millones de personas, aumentan de 31.9 a
32.4, los que ganan de 1 a 2 salarios mínimos, al pasar de 58% a 61%.
A su vez, disminuyen los que obtienen de 2 a 3
salarios, de 8.6 llegan
a 6.9 millones, pasando de 16% a 13%.
Y también disminuyen, de 6.5 a 4.3, los que ganan de 3 a 5 salarios, y los de más
de 5 salarios, que pasan de 12% a 8%.
En pocas palabras, se puede decir que la pobreza se
sostiene, que crecen desocupados y se padece
disminución de ingresos.
LECCIONES POR APRENDER.
Inocultables enseñanzas que nos negamos a entender y
aprender; la historia tiende a repetirse o agravarse cuando se permite que
aparezcan o persistan, agraven y compliquen las condiciones que caracterizan esas perjudiciales
situaciones.
La afectación de
las crisis es mayor y más compleja. También llega, a la población ocupada informal, que a marzo de 2021 fue de 29.2 millones, 1.6
millones menos al mismo trimestre de 2020.
La tasa de
informalidad rural fue de 77.3 %; mientras que en la urbana, fue de 42.5 %.
Los
alcances del problema, como ya se citó, se perciben más claramente al
considerar los ingresos por nivel.
Sin duda. Mucho que analizar y debatir al respecto.
Por lo pronto, no hay duda de la justificación de la
ayuda inmediata, en subsidio o becas a
quienes, en situación muy difícil lo necesitan. Dicho apoyo, excepciones
aparte, en general, debe ser temporal, pues lo importante es asegurar
verdaderas oportunidades de desarrollo personal, generando empleo, ingreso y
prestaciones dignas.
Y ahí vamos, comprobando que padecemos las peores de las cegueras: una que
se niega a ver lo que sucede; y la otra, que dice ver algo, que nadie ve y que
simplemente se inventa o imagina.
.
-Académico. IIESESUV Twitter @RafaelAriasH, Facebook:
VeracruzHoydeRafaelAriasH