Irresponsable e injusto ignorar, minimizar o encubrir la gravedad de las limitaciones y sacrificios a los que se enfrentan, cada vez más millones y millones de personas. Se habla de más de 60 millones de mexicanos en pobreza.
Bien
se sabe y padece, que en México, la
problemática no es nueva, tiene viejas y nuevas complicaciones, complicadas y agravadas por un ámbito
internacional, también en abundantes aprietos y dificultades; y, desde luego
por gobiernos incapaces de atender dicha problemática.
Es
notorio que a las anunciadas y
persistentes crisis de los sectores de salud y seguridad pública, se suman
muchas otras.
El
caso es que, sin duda alguna, hambre y pobreza siguen en aumento; y desde luego, preciso considerar
otras prioritarias, como falta de agua,
y persistencia de ineficiencia y
delincuencia gubernamental.
Todas
ponen en evidencia, insuficiencias y limitaciones del sector
público; y también, exhiben desinterés, pasividad y la poca o nula
participación y evaluación ciudadana y social.
Es urgente que los
gobiernos federal, estatal y
municipal asuman sus responsabilidades
ante la nueva realidad; y que para empezar, atiendan de inmediato la creciente complicación de los problemas
económicos y financieros, así como los ambientales y sociales.
La Economía no puede ignorarse, ni atenderse con más de lo mismo.
La sociedad, las personas exigen atención y buenos resultados.
Los
hechos, muestran mucho de lo padecido
pero no aprendido; y también, precisan
lo que se pierde y no se recupera; así como la persistente repetición de promesas y compromisos a incumplirse, que
termina casi siempre en recurrentes excusas y pretextos.
NO
MAS FUNAMBULISMO ECONOMICO.
Las
condiciones actuales exigen, atender cuando menos cuatro aspectos importantes y
determinantes de la estrategia económica, a seguir.
Empezar
por definir la caracterización del contexto actual, muy diferente y particular
respecto a otros, considerados en el pasado tanto en la práctica, como en la
teoría. La situación actual es
diferente; sus condiciones, llenas de cambios y ajustes.
Enseguida,
asegurar la elaboración y presentación del diagnóstico correspondiente al o los
problemas que se quieren atender y resolver. No se puede resolver lo que se
ignora, ni atender bien lo que mal se conoce.
Un
tercer aspecto se refiere, a la presentación de la estrategia económica y
financiera, seleccionada y fundamentada, debe ser viable y pertinente.
Y
el cuarto, las acciones de solución, que
deben asegurarse con más y mejor
participación y evaluación ciudadana y social
Insistir
siempre, que es obligatorio conocer lo que se quiere atender y resolver. Estamos
y padecemos crisis que no hemos podido superar y se agrava. Aunque sin duda se
hacen esfuerzos, que muestran algunos logros
y avances; es indiscutible que todavía falta mucho por hacer, y más que resolver y superar.
En
todo caso, insistir en que se deben
considerar intensidad y magnitud de los
cambios ocasionados en la economía y sus mercados.
En
muchos casos, ya está claro, que no se regresará a las mismas condiciones de
antes, ya que producción e intercambio de bienes y servicios han sido alterados, transformados o
sustituidos.
Ante
esto y más, habrá que disponer de una actitud más abierta y comprensiva, de
diálogo y debate; y de más y mejores conocimientos y capacidad para llevarlos a
la práctica. Ignorancia e incapacidad no son solución.
Habrá
que continuar con ajustes, o volver empezar; para ello hay que replantear los
problemas, ante esa nueva realidad y perspectivas. Pensar y repensar,
fortalecer y replantear. Superar la afectación y aprovechar oportunidades.
Administrar el desastre y dar paso a creatividad
e innovación.
Insistir,
en la coordinación y unificación de esfuerzos: y también advertir, que si
persisten enfrentamiento, agresión y violencia
va a ser más difícil, casi imposible atender y garantizar estabilidad, paz pública y salud; imprescindible también, asegurar
economía y finanzas crecientes. Salir de las crisis exige coordinar voluntades,
integrar esfuerzos y obtener buenos resultados.
Bien
se ha dicho y repetido. Enfrentarla, “convencidos y unidos, o divididos y
vencidos”.
Oportuno
tener siempre presentes, los importantes
aspectos económicos y financieros.
Venimos de un
estancamiento y casi caída del PIB, de
0.1%, en 2019, caracterizado por decrecimiento
de la inversión pública y desaceleración
del consumo. Pasamos a fuerte
contracción económica, ya que en 2020, nos hicimos más pobres y hambrientos. La
inversión privada está presente e
intenta ser creciente; mientras la inversión pública es mínima y decreciente.
Así, es
imprescindible generar y fortalecer, apoyo
y creación de empleos formales e informales, que aseguren los ingresos y
prestaciones suficientes, para atender las necesidades básicas. Todavía no se
recuperan los empleos formales perdidos en 2020, faltan más de 620 mil, para
llegar a los 20.8 millones que en noviembre de 2019 registro el IMSS. Más los cientos de miles que no se han
creado, ante la incorporación de población creciente. Se habla que faltan más de 2 millones de empleos
formales.
Esto obliga,
a dar también, la debida atención al inocultable problema de la inflación
presente y creciente.
Inocultable, la presión inflacionaria
es alta, por diversos motivos que van desde efectos de la sequía; aumento de precios de combustibles, como el
gas; afectaciones en la capacidad de distribución; incremento de demanda por resurgimiento de
movilidad social y otros más.
Para
junio de 2021, según INEGI, indicadores muestran que el país padece una
inflación creciente. Esto es, 31 de los
32 estados del país rebasaron el objetivo inflacionario del Banco
de México (Banxico), que es de 3% +/-1 punto porcentual. Veracruz tuvo 5.80%.
Solo
Tabasco quedo por abajo, con 3.85%.
Incluso,
cinco registraron cifras porcentuales récord, en su nivel de inflación anual:
Ciudad de México (5.53), Nuevo León (5.30), Jalisco (6.70), Puebla (6.69) y
Tlaxcala (6.83).
“Por
entidad, los mayores incrementos anuales en los precios al consumidor durante
junio se registraron en Zacatecas (7.74% anual), Coahuila (6.93%) y Baja
California (6.84%), mientras las tasas más bajas fueron en Morelos (5.07%),
Quintana Roo (4.40%) y Tabasco (3.85 %)”. (El Economista. 120721)
Urge
entender y atender bien la Economía. .. o padecer daños y consecuencias.
-Academico.IIESESUV
@RafaelAriasH,Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH