· Eran
Banderas del presidente López Obrador
· Que
no se permita ninguna de esas lacras políticas
· MORENA
debe ser faro de moralidad, asegura
Por Miguel
Angel Cristiani Gonzalez
Una de las banderas
que enarboló durante todos los años que anduvo en campaña política para llegar
a la presidencia de la república, Andrés Manuel López obrador fue la de que el
gobierno debería desterrar la corrupción, decía y todavía hace unos meses
repetía “que nunca se permita el amiguismo, el influyentismo y nepotismo. Ninguna
de esas lacras de la política. Morena debe ser faro de moralidad.”
Así que no es de
ahora, sino de hace ya muchos años, que López Obrador manifestó su rechazo al
“amiguismo”, el “nepotismo” y el “influyentismo”; prácticas que calificó como
“las mayores lacras de la política.
Pero ahora en el
ejercicio del llamado Pinche Poder, hay muchos funcionarios que al parecer no
lo han escuchado y ni mucho menos conocen el significado de esas tres tristes
palabras.
Habría que comenzar
por decir que el nepotismo es la preferencia que tienen algunos
funcionarios públicos para dar empleos a algunos familiares o amigos, sin
importar el mérito para ocupar el cargo, sino su lealtad o alianza.
Según Murídicas, en países donde se ejerce la meritocracia,
el nepotismo es generalmente negativo y se considera corrupción. Viene
determinada por el propio empresario, propietario y gestor de los bienes de
producción, en su propio interés y provecho.
De acuerdo con el numeral 2 del artículo 21 de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos: "Toda persona tiene el
derecho de acceso, en condiciones de equidad, a las funciones públicas de su
país". Por lo que el nepotismo violenta el derecho humano de acceso a
funciones públicas de todos aquellos que se ven privados de oportunidades para
competir justamente por un cargo público.
El nepotismo ha adquirido el rango de una ilegalidad
disfrazada. En nuestra tradición no hace falta compartir apellidos para ser
parte de una familia. Por eso el recomendado sólo lleva las costumbres, pero no
siempre la sangre del padrino que lo recomienda. Basta ser el ahijado del
licenciado para tener una carrera prometedora.
Así las cosas, a nadie asombró que LaVolpe director técnico
de la selección nacional llevara al Mundial de Alemania a su yerno y dejara
afuera a Cuauhtémoc Blanco, el mejor 10 de nuestra historia futbolera. Lo que
en otro país habría sido escandaloso, en México sólo adquirió el tono de una
anécdota curiosa.
Ahora en la transformación nacional, la referida por los
miembros de la 4T no sólo se ve imposible sino fantástica en un territorio
donde el conquistador Hernán Cortés no fue Virrey porque le faltó una “palanca”
ante Su Majestad Carlos V.
Otra triste palabra que es necesario recordar y definir es el
Nepotismo, es la preferencia que se da a parientes, amigos o allegados para los
empleos públicos o reconocimientos sin evaluar las capacidades que poseen para
el cargo a desempeñar.
En referencia a lo anterior, se debe de aclarar que
nepotismo y favoritismo son diferentes ya que el favoritismo no implica que el
favorecido esté relacionado con algún familiar o persona allegada.
La palabra nepotismo es de origen latín nepotis o nepos que
significa "sobrino" o "nieto". Originalmente, la palabra
era usada en el ámbito de las relaciones del papa con sus parientes,
específicamente con sus sobrinos ya que eran criados como sus hijos y en virtud
de ello, algunos papas son conocidos por ascender a sus parientes a ser
cardenales de la iglesia. Por tal motivo, en el siglo XVII el papado prohibió
la investidura eclesiástica a cargo de los parientes.
El nepotismo se observa en diferentes contextos de la
historia. En el Imperio Romano, Pompeyo cedió a Metelo Escipión 2 tropas o
milicias sin importar que la persona no poseía habilidades en el área militar.
Asimismo, el gobierno de Napoleón Bonaparte permitió que gran parte de sus
familiares trabajara en su gobierno y puso a su hermano José Bonaparte como rey
de España.
No obstante, la palabra nepotismo es vista actualmente como
la preferencia de conceder puestos de trabajo a parientes, amigos o conocidos en
la función pública, es decir, el nepotismo ocurre cuando un funcionario público
es promovido únicamente por tener relación de parentesco o vínculos con la
persona que lo está promoviendo sin tomar en cuenta que existan personas
calificadas y con competencias para representar el cargo.
En los estados meritocráticos, en el cual el mérito acredita
el ascenso en el marco de una escala jerárquica, el nepotismo es un acto de
corrupción. Si la persona elegida es familiar o conocido y posea cualidades
suficientes para laborar en el puesto de trabajo, el nepotismo seria solo un
recelo o desconfianza, de lo contrario, el nepotismo queda confirmado si la
persona designada no posee méritos para ejercer un buen desempeño en el cargo.
En relación a lo anterior, en México, España y otros países,
el nepotismo no es visto como delito pero sí es una práctica prohibida y
sancionada con responsabilidades administrativas como perder el cargo o
derechos políticos.
Específicamente, México en su legislación contiene la Ley
Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, la cual indica que
ningún funcionario debe de intervenir en la tramitación o resolución de los
asuntos que tengan cualquier tipo de interés, asimismo, debe de abstenerse de participar
en la selección, promoción, suspensión, remoción, cese de cualquier individuo
que pueda tener cualquier beneficio.
En México, la figura del nepotismo se identificó y prohibió
expresamente también en la Ley Federal de Austeridad Republicana.
Entonces,
quienes cometen y fomentan el nepotismo y el influyentismo, están incurriendo
no solo en una grave falta, sino que incluso cometen un delito.
Dice Pancho
López el filósofo ateniense xalapeño que lo bueno es que todo eso ya no existe,
ya se acabó, es cosa del pasado
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