Los alcaldes de este siglo en Xalapa construyeron desde el cargo su futuro político personal. Reynando Escobar Pérez accedió a secretario de gobierno y procurador general después de su cuatrienio de 2001 a 2004. Los achaques de salud lo mantienen hoy en la banca.
Ricardo Ahued se ubica como el más exitoso hasta el momento.
Llegó a diputado y senador y otra vez a presidente municipal. Y en una de esas
se cuela como candidato a gobernador.
Luego de ocupar la alcaldía, David Velasco alcanzó la
diputación local y volvió a competir este año por la presidencia. En este segundo
intento quedó a la mitad del camino.
La primera mujer en conquistar por el voto popular la
presidencia municipal de Xalapa sería Elízabeth Morales. Después la nombrarían presidenta
del CDE del PRI, candidata a diputada federal y delegada estatal de la PROFECO.
Américo Zúñiga es el más reciente de los exalcaldes de Xalapa.
Tras concluir su período, lo designaron presidente del PRI estatal y dirigente
de este partido en Puebla, de donde retornó como candidato a diputado federal.
Y si vamos un poco más atrás, Rafael Hernández Villalpando
inicia su gestión en 1997 y se prolonga hasta el 2000, cuando lo desafueran, le
dictan orden de aprehensión por bigamia y huye para evitar su detención. Ha
sido dos veces diputado federal luego de resucitarlo MORENA.
Viene el caso de Hipólito Rodríguez. Dentro de tres meses se convertirá
en exalcalde y para muchos ciudadanos es el peor en la historia de Xalapa. ¿Qué
futuro político le depara el destino?
Acaso lo rescatará la 4-T y le obsequiarán un cargo público de
mediano nivel en premio por haber obedecido instrucciones superiores y subejercido
el presupuesto municipal regresando millones de pesos a la Secretaría de
Hacienda.
O quizás retorne a su empleo en la Universidad Veracruzana
para cubrir los años requeridos, jubilarse y vivir feliz de sus rentas por el
resto de sus días con la satisfacción de haber servido a los xalapeños.
Xalapa lo recordará como un presidente alejado de la gente y
la historia lo ubicará en el sitio merecido.
Con el tiempo sabremos si de veras ha sido el peor o no. Si
sus críticos son injustos o no con este hombre que de desconocido y oscuro burócrata
y sin haber nacido aquí, brincó a la alcaldía de la capital de uno de los
estados más importantes de la república.