La Mañanera de este miércoles le sirvió a
AMLO para poner orden y en ella reconoció que ya no podía estar haciendo el
trabajo de la Secretaría de Gobernación y por eso llegó Adán Augusto López.
Por otra parte, AMLO comentó que tenía una
reunión ayer con el titular de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
(SCJN), Arturo Zaldívar, y que no se realizó por su salida de emergencia a
Tula, Hidalgo; y el lunes pasado,
tampoco pudo realizar otra importante reunión con el Fiscal General de la
República, Alejandro Gertz Manero.
Abundó AMLO que en esas reuniones les iba a
informar y comunicar que los asuntos políticos del gobierno los lleva el
titular de la SEGOB.
Lo anterior es completamente normal, nadie
en este mundo posee el don de la ubicuidad ni de la omnipresencia; normal
también es que cada encargado de despacho en el gabinete realice sus funciones
para las que se les paga y lo más importante, cualquier primer mandatario debe
delegar como le está Constitucionalmente mandado.
Alejandro III de Macedonia mejor conocido
como ‘Alejandro El Grande’ o ‘Alejandro Magno’ pudo levantar uno de los
imperios más grandes de la historia de la humanidad gracias al poder de sus
generales.
Por eso se justifica lo que dijo esta
mañana desde Palacio Nacional: “Yo necesitaba en esta nueva etapa un apoyo de
alguien que me auxiliara en todo lo relacionado con cuestiones políticas, es
decir, la relación con los gobiernos de los estados, la relación con el Poder
Legislativo, con la Fiscalía General de la República, que es autónoma, con el
Poder Judicial, también todo lo relacionado con reformas, y todo lo que tiene
que ver con denuncias, amparos, todo eso le corresponde al Secretario de
Gobernación, y ahora me libera porque yo también tenía que hacer eso, porque en
esta nueva etapa necesito más tiempo para consolidar el proceso de
transformación”.
Se preguntará Usted, ¿Dónde está el
cocotazo a Olga Sánchez Cordero? El problema es que con el descuidado
comentario de AMLO se pasó a traer a la actual Presidenta de la Mesa Directiva
del Senado, Olga Sánchez Cordero, quien fue su anterior Secretaria de
Gobernación, pues con lo que dijo AMLO no le mandó a decir que ella no podía
con todo lo que ahora quiere que haga Adán Augusto López.
Y si Olga no se entendía de las cuestiones
políticas pudo ser por dos cosas: o no pudo por falta de capacidad o no las
ejercía porque AMLO no la dejaba ejercer. En cualquiera de los dos casos Olga
Sánchez Cordero queda muy mal parada y eso no es lo que un jefe hace con sus ex
subordinados, ya que en última instancia y en cualquiera de las dos
consideraciones aquí expuestas, la culpa tuvo que ser de quien la invitó a
desempeñar un cargo que o no podía realizar o a quién no se le tenía la
completa confianza para realizarlo.
¿Qué pasó AMLO? Está bien que su pecho no
sea bodega, pero no es para tanto.
Está Usted informado.
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