Los actuales, son tiempos de hablar con la verdad, identificar causas y razones, de las adversas condiciones del hoy y los enormes retos del mañana; y, de denunciar responsables y culpables, y de señalar beneficiarios y perjudicados. ¿De qué otra forma superaremos los problemas y saldremos de las crisis?
Presentes y futuras
generaciones exigen se respete su existencia; defienden sus derechos y
libertades; y expresan su ansia de vivir, de satisfacer sus necesidades, de
desarrollarse y realizarse como seres humanos.
Perciben, viven y padecen con claridad e intensidad, causas y razones,
consecuencias y alcances. Por eso rechazan la realidad impuesta y soportada, llena
de limitaciones y sacrificios interminables. Cuestionan y no aceptan, organizan
y promueven el cambio.
Muchos participan, sobresales los jóvenes de ayer, de hoy y de siempre; los
que se rebelan y rechazan la pérdida de presente y la negación de un mejor
futuro.
En múltiples formas, sobresale su consciencia de existencia y el deseo
imparable de una mejor vida. Apoyan promueven, la presencia de una fuerza
indestructible de renovación que no acepta sacrificio y limitación obligados;
ni simulación y disimulo, como un presente, de pocas o nulas oportunidades, y de
un futuro sin posibilidades.
Imparable y notoria, la toma de conciencia del tamaño de los obstáculos y
negaciones. Situaciones agravadas, por otra realidad inocultable, la presencia
e influencia de la delincuencia en todas sus formas, como la de malhechores y
rufianes en las calles y también en los gobiernos.
De todos ellos, sin duda que, peligrosos y costosos, son los servidores
públicos que, obligados a cumplir y hacer cumplir la ley no lo hacen; y se
refugian en negligencia, ineficiencia, omisión, disimulo, complicidad e
impunidad.
Demasiado los afectados, y en pobreza y marginación crecientes. Los hay que ni estudian ni trabajan; y, también, los
que mucho estudian, pero tampoco trabajan, porque para unos y otros, para
todos, hay pocas oportunidades de empleo, con decorosos salarios y mínimas prestaciones.
Así, muchos sobresalen, por su deseo y voluntad de ejercer sus derechos y
libertades, cumplir con sus obligaciones, tomar sus decisiones, hacer su
proyecto de vida y participar, responsable y activamente, en los asuntos
públicos de su interés e incumbencia.
Actitud, disposición y potencialidad participativa y constructiva que
enfrenta resistencias y obstáculos. En efecto, abundan los que niegan, impiden,
bloquean y distorsionan; esos conocidos personajes, demagogos y rufianes, que
no cumplen, ni les interesa cumplir, con su responsabilidad social y su deber
profesional, al minimizar, distorsionar, ocultar información y hasta exagerar, mentir,
inventar y engañar.
Contra ellos y otros, a su pesar, el cambio avanza,
Jóvenes, adultos y viejos, sabemos que estamos como estamos porque muchos
no hicieron lo que tenían que hacer y, lo que es peor, algunos se aprovecharon
de la situación para beneficiarse y beneficiar a familiares, socios y amigos.
Así, seguimos aferrados a la esperanza, a la posibilidad de que se entienda
que la principal preocupación e inquietud, tiene que ver con permitirnos escapar
y fomentar el rechazo a una realidad; con pocas y cada vez más reducidas oportunidades;
con ofensivas condiciones de pobreza,
marginación, limitaciones y sacrificios
crecientes; con inaceptables situaciones de violencia y delincuencia
activas e impunes, de trastorno e inestabilidad; y en general, con una
injusticia inadmisible, hoy y siempre.
A diestra y siniestra, se influye, predispone, engaña y desorienta, para
que no se puedan identificar con claridad, orígenes y causas, formas y
objetivos, beneficiados y perjudicados.
La cuestión central es que se oculta, distorsiona e impide, identificar y
conocer lo que constituye origen y esencia de la inconformidad y el descontento
ciudadano y social. Importante identificar y apoyar cambios y transformaciones
verdaderas.
En gran parte se desconocen las causas más importantes, prevaleciendo
ineptitud e ineficiencia; además, las
indiscutibles y determinantes influencias ideológicas: la propaganda intensa y
cotidiana, trastorna los hechos, modifica las actividades y acciones, hace
irreales las políticas y programas.
Aunque de muchas formas trasciende, lo que algunos saben, pero esconden, lo
que conocen, pero no rebelan, porque son las verdaderas causas de inconformidad,
rebelión y reclamos de muchos, de demasiados jóvenes de ayer, hoy y siempre.
Los mismos que identifican y señalan responsables y culpables. Desenmascaran
y exhiben a los que encubren, distorsionan y ocultan; los que simulan,
disimulan y engañan; a los que omiten, encubren y participan en la delincuencia
dentro y fuera del gobierno. A los que usan y abusan de cargos, instituciones,
recursos públicos y atribuciones y son conocidos, por su comportamiento,
actitud y resultados en la función pública, la actividad empresarial o la
participación social.
Estos son causantes y responsables; y hay que aceptar, que en cierta forma,
también lo somos todos los que permitimos y solapamos a irresponsables y
parásitos en los gobiernos; y no reaccionamos, ante las inaceptables
condiciones de una injusta realidad. Errores y consecuencias. Límites y
alcances del costo del silencio, de la pasividad, de la complicidad.
Manipulación y manipuladores, políticos y gobernantes de la cultura de “más
de lo mismo”, actualizada como “de mal en peor”, o “de echando a perder se
aprende”. Tiempos de señalar y denunciar, responsables y culpables, que se han
convertido en obstáculo y problema; que tratan a toda costa de impedir que la
esencia de la vida se manifieste, que el cambio en verdad se realice. Los que
inevitablemente sus actos del pasado y sus actitudes del presente, sus usos y
abusos del poder y los recursos públicos, les identifican, avergüenzan y
estigmatizan.
¿Cuál es el límite de resistencia y supervivencia, con abusos e
inaceptables injusticias, con crecientes carencias, privaciones y sacrificios
sociales?
Las expresiones más insistentes, son de transformación y vida. La enseñanza
del aprendiz, la lección del alumno a sus maestros. Mutatis mutandis. Cambiar lo que se deba cambiar es el reto, el
desafío de la existencia humana.
-Academico.IIESESUV @RafaelAriasH,Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH