¿A dónde fuiste a la escuela?
Según el artículo tercero constitucional, “la
educación se basará en el respeto irrestricto de la dignidad de las personas,
con un enfoque de derechos humanos y de igualdad sustantiva. Tenderá a
desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano y fomentará en
él, a la vez, el amor a la Patria, el respeto a todos los derechos, las
libertades, la cultura de paz y la conciencia de la solidaridad internacional,
en la independencia y en la justicia; promoverá la honestidad, los valores y la
mejora continua del proceso de enseñanza y aprendizaje” (Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos).
La escuela es el centro educativo en donde
se recibe la instrucción necesaria para lograr lo que se quiere ser, lo que
pretendes desempeñar y, ahí, aprendes de los mentores aspectos sobre la teoría y
la práctica.
De lo que hoy te quiero hablar es el Método
Educativo de Estilo Único (MEEU). Con éste aprenderás a observar, a meditar, a
penetrar en el sentido del silencio, de la sencillez y de la humidad; quizás
aprenderás de una forma insensible, pero perfecta, a imitar la vida de la
familia.
Este método nos hará descubrir quiénes somos
y quién es el creador. También comprenderás la importancia del ambiente que
rodea la vida durante el desarrollo humano, así como la del conocimiento de los
usos, las costumbres, los lenguajes y las prácticas de piedad, porque aquí todo
habla, todo tiene sentido.
De este modo comprenderás la necesidad de
una disciplina espiritual si quieres alcanzar buenas notas. Este humilde, pero
sublime método quiere enseñarte a que aprendas a vivir en la vida, sin importar
en qué te desempeñes o el rol que te toque en la sociedad.
Sé que estás pensando en que quisieras ser
un niño otra vez para asistir a la escuela con este enfoque, pero quiero
decirte que aún es tiempo, no importa la edad cronológica, sino, más bien, hacernos
pequeños en lo espiritual. Ése es el requisito para entrar a este centro
educativo junto con María, la maestra iniciadora a la verdadera ciencia de la
vida y de la más alta sabiduría.
En esta casa de estudio nunca se termina
de aprender; siempre hay enseñanzas en cada lección y se puede asistir sin
dejar de vivir en la sociedad, en donde, en ocasiones, nos mostremos aturdidos
por tanto ruido, tanto tumulto, tantas voces de nuestra ruidosa y extremosa
agitada vida moderna. Cuando esto sucede echamos mano de lo que hemos aprendido,
del “silencio de Nazaret”, con el cual te recoges internamente y, poco a poco,
estás dispuesto a escuchar las enseñanzas, ahora del maestro interior de las
almas. Él te enseñará la necesidad y el valor de una conveniente formación del
estudio de la meditación y de una vida interior intensa de la oración personal
que solo Dios ve.
Además, se nos ofrecen muchas lecciones sobre
la vida familiar y el significado de la familia; su comunión de amor, su
sencilla y austera belleza, su importancia, su fundamento, su carácter sagrado
e inviolable, así como lo dulce e irremplazable que es su pedagogía, y lo
fundamental e incomparable que es su función en el plano social.
Por ejemplo, la comprensión y el perdón están
muy relacionados con la justicia. El hijo flojo puede pedir perdón por no haber
aprovechado la escuela. Los papás ciertamente lo perdonan, pero, en justicia,
deben corregir al hijo e, incluso, aplicarle un correctivo que lo enseñe a ser
responsable con respecto de sus obligaciones.
Finalmente, aquí aprenderás también el
valor del trabajo, sus implicaciones e importancia como un medio, mas no como
un fin. Por todo ello, la invitación a ser parte del Método Educativo de Estilo
Único (MEEU) está abierta.
ruan-62@hotmail.com