“La maldad no necesita razones, basta con un pretexto.” – Johann W. Goethe.
Vaya
desmadre el que se ha armado con la repentina aparición por Veracruz del
Senador Ricardo Monreal Ávila, presidente de la Jucopo del Senado de la
República y quien erigido en defensor de oficio de unos jóvenes a los que se
afirma se vendrían dedicando al secuestro express, ha pretendido trastocar el
orden político local.
Sí,
a Ricardo Monreal lo mueven muchas más aspiraciones políticas, que la
implementación de la justicia afirman los analistas cafeteros, pues su
presencia en Veracruz obedece más a una entramada estrategia por asegurarse un
futuro prometedor de cara a ser el próximo abanderado de MC a la presidencia en
2024.
La
más reciente detención de su secretario técnico en el Senado, José Manuel del
Río Virgen –un dantista de cepa- ha encendido los reflectores políticos a todo
lo que da, para un cierre de año, que se esperaba tranquilo.
Y
es que se afirma que el trasfondo político no obedece para nada a la
circunstancia jurídica de unos jóvenes señalados como presuntos integrantes de
una banda de porros bien conformada, dedicada a la extorsión y al secuestro
express.
De
eso ya la misma Fiscalía General del Estado (FGE) habría recabado pruebas, que
extrañamente no habrían sido presentadas, ante la pésima operación política a
cargo del siempre inútil secretario de Gobierno Estatal.
Y
es que el conocido personaje sabe operar en medio de la amenaza y el
voluntarismo, en donde el poder lo enloqueció pero jamás tomó en cuenta, que el
poder es efímero, y en donde las gallinas de arriba terminan por salpicar a las
de abajo.
Así
que el pleito abierto por su culpa contra el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac
García Jiménez contra el mismo senador Monreal Ávila, habrán de ser las causas
de su liquidación política.
Mientras
tanto se ha deslizado en los corrillos políticos que las razones que han movido
al senador y aspirante a la presidencia de la República a venir a Veracruz a
defender lo indefendible, habría sido una negociación de $50 millones de pesos.
Monto
pagado con recursos provenientes de los mismos y famosos Kennedy de Boca del
Río, quienes habrían aplazado la posibilidad de encontrar en Monreal Ávila un
posible alfil que salvará la elección municipal de Veracruz.
Misma
que ya había sido revocada por el Tribunal Electoral Estatal (TEEV); eso
prendió los focos de oportunidad para el mismo zacatecano quien encontró
afirman una fuente de financiamiento para lo que se viene.
Ser
presidente de México está más cerca de las posibilidades del senador
zacatecano, que el apostar por la reelección de un gobierno morenista en
Veracruz, razón por la cual, la jugada por Veracruz y sus votos, es garantía de
triunfo para el 2024.
Se
asegura que legalmente la determinación de anular la elección municipal del
puerto de Veracruz estaba dada, sólo que Monreal, al ver que esa oportunidad se
le iba de las manos, emprendió todo su ardid.
Y
por eso de inmediato, se habría apersonado en la entidad el fin de semana
pasado para pactar con los tres magistrados de la Sala Regional una salida con
beneficios para sus protegidos.
Eso
habría desencadenado la guerra que en un segundo round se habría llevado
Cuitláhuac García Jiménez, Gobernador de Veracruz, con la detención de su
secretario técnico, otro de esos políticos de extrañas mañas, que abundan por
estas tierras.
No
sin antes recordar que la pelea está pactada a doce asaltos.
Al
tiempo.
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