La carta del activista Bryan LeBarón al presidente de Estados Unidos Joe Biden, donde le pide que investigue la posible colusión de los gobiernos de Morelos y Veracruz con delincuentes, prendió las alertas. Pero el asesinato de la periodista Lourdes Maldonado López, disparó las alarmas que trascendieron nuestras fronteras.
En un comunicado difundido este martes, la delegación de
la Unión Europea en México y las embajadas de Noruega y Suiza, condenaron el
asesinato y manifestaron su preocupación por el “grado de violencia e
intimidación” contra periodistas en México.
“El segundo asesinato de un periodista en Tijuana en
menos de una semana, demuestra una vez más el muy preocupante grado de
violencia e intimidación al que se enfrentan muchos periodistas en México.
Lamentamos que en lo que va del año 2022, la Sra. Maldonado ya sea la tercera
víctima después que en 2021 fueron asesinados nueve periodistas más”,
indicaron.
Esto en medio de protestas y manifestaciones de periodistas
en veinte ciudades por el asesinato de sus compañeros.
Nada supo Andrés Manuel del comunicado hasta ayer por
la tarde, después de que se fue a echar una cascarita de beis al parque de los
tranviarios. Pero es muy seguro que hoy por la mañana se descuente verbalmente a
toda Europa.
Sobre el asesinato de Lourdes comentó: “El año pasado
solicitó protección al gobierno de Baja California y se le dio. No estaba
inscrita en el Programa de Protección a Periodistas del Gobierno Federal. De
todas formas, nosotros estamos obligados a aclarar este crimen y a evitar que
continúen los asesinatos de periodistas y de ciudadanos y por eso trabajamos
todos los días”.
Pues no parece.
En el sexenio de Ernesto Zedillo mataron a 3
periodistas; con Fox la cifra aumentó a 22; con Calderón el número se disparó a
49 y con Enrique Peña fueron 47 los periodistas asesinados. El punto aquí es
que a la mitad de un gobierno cuyo titular prometió que acabaría con la
violencia en dos años, van 43 periodistas asesinados de acuerdo con la Secretaría
de Gobernación.
Nadie sabe cómo le hará el presidente para evitar que
“continúen los asesinatos de ciudadanos” cuando su administración es la más
sangrienta de la que se tiene memoria en tiempos de paz con 110 mil homicidios dolosos.
También la más sangrienta en feminicidios y la más bárbara en ataques a mujeres.
En 2021 fueron violadas 21 mil 189 mujeres, adolescentes y niñas.
Lo que más que preocupar alarma, es que a pesar de
esos números, a pesar de los cuatro millones de nuevos pobres, a pesar del
brutal desempleo, de la escasez de medicamentos y de la inflación más alta en
veinte años (7.38 por ciento); Andrés Manuel ande como si nada pasara.
“Aquí lo primero en la agenda es el bienestar del
pueblo. Lo segundo, cero corrupción y cero impunidad. Y lo tercero es que
podamos garantizar la paz y la tranquilidad atendiendo las causas que originan
la violencia. Y ahí vamos, adelante”, dijo.
¿Seguro que vamos para adelante?
De acuerdo con el organismo internacional The Word
Justice Project, México es el sexto país más corrupto del mundo sólo debajo de
Uganda, Camerún, Camboya y la República del Congo. Y si quiere saber cómo
andamos en impunidad que pregunte a cualquier veracruzano que no sea Cuitláhuac
García.
Si para él el bienestar del pueblo consiste en sus
flacos programas sociales y las dádivas a ninis y ancianos, anda bien perdido.
El bienestar lo generan la salud, la educación, la alimentación, la seguridad y
el empleo y de eso hay muy poco.
Insisto, alarma su tranquilidad que raya en pachorra, cuando
viendo la tempestad no se hinca y ni por equivocación cambia de sonsonete. “Tenemos
confianza porque somos diferentes, somos distintos, no somos iguales a los
anteriores gobernantes”.
“Los anteriores gobernantes no tenían reunión a las
seis de la mañana de seguridad todos los días”. En efecto y menos para comer
pozole en la mesa de juntas de Palacio Nacional.
“Los anteriores gobernantes no tenían información
diaria de los delitos que se cometían en el país”. Falso, es lo primero con lo
que se desayuna un presidente, al menos de Lázaro Cárdenas para acá.
“Los anteriores gobernantes no tenían a Rosa Icela
como Secretaria de Seguridad”. Sin comentarios.
“Nosotros no establecemos relaciones de complicidad
con nadie. Además, algo que no se debe de olvidar y que es muy importante,
nosotros estamos aquí porque nos eligió el pueblo”.
Sobre el primer punto habrá que preguntar a la DEA que
debe tener una lista así de grande de políticos que andan en malos pasos. Y en
relación a lo segundo, también a sus antecesores los eligió el pueblo por
mayoría de sufragios.
Todo lo anterior es indicativo de que México no está
bien, nada bien lector, pero el presidente dice lo contrario.
¿Será que 100 millones de mexicanos y media Europa
estén equivocados y López Obrador tenga la razón?
Híjole… qué difícil debe ser gobernar un país como
México (aunque el presidente dice que no). Pero más difícil debe ser para los
mexicanos, comparar la realidad en que viven con las fantasías animadas que les
cuenta desde su púlpito mañanero Andrés Manuel López Obrador.