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Ya que tiene más de 267 millones de pesos sin
aclarar
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Demoraría
el inicio de operaciones del proyecto previsto para 2023
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Se
encareció casi 38,000 millones de pesos entre 2019 y 2021
Por Miguel Angel Cristiani Gonzalez
Una de las obras estandarte de la
administración federal de la Cuatro T es la construcción del llamado Tren Maya,
que desde que se anunció su realización, han surgido voces en contra por los
impactos que tendrá en la naturaleza de la región, pero ahora hay que agregar
nuevos datos, con el informe de la Auditoría Superior de la Federación a la
Cuenta Pública del año 2020, ya que tiene más de 267 millones de pesos sin
aclarar su destino y podría, además, no estar listo para el año
En el Informe de la Cuenta Pública
entregada este fin de semana en la Cámara de Diputados, la Auditoría Superior
de la Federación advirtió que un retraso en los estudios de preinversión
demoraría el inicio de operaciones del proyecto, previsto para 2023.
Además, la obra se encareció casi
38,000 millones de pesos entre 2019 y 2021.
Entre los señalamientos de la ASF hay
varias duplicidades de costos, e incluso el cobro de gastos por licitaciones en
contratos que fueron adjudicados de manera directa.
La entrada en operaciones del Tren
Maya podría retrasarse más allá de su inauguración oficial, prevista para 2023,
de acuerdo con la Cuenta Pública 2020, elaborada por la Auditoría Superior de
la Federación (ASF). La construcción también acumula montos pendientes por
aclarar por más de 267.8 millones de pesos.
Además, el apartado dedicado a los
avances en el desarrollo del Tren Maya, a cargo del Fondo Nacional de Fomento
al Turismo (Fonatur), señala que el monto total de inversión para el proyecto
aumentó 26.8% entre 2019 y 2021, al pasar de 141,020 millones de pesos a
178,984 millones de pesos, lo que se traduce en un encarecimiento de casi
38,000 millones de pesos y un avance financiero de 18.5% de la inversión total
estimada.
Roberto Jiménez Pons, director
general del Fonatur, había advertido en 2021 que el costo del proyecto podría
elevarse hasta los 230,000 millones de pesos.
Hasta la fecha, en su tercer informe
sobre la Cuenta Pública 2020, la Auditoría Superior de la Federación advierte
que los responsables del proyecto no cuentan con un análisis de sus daños
potenciales ni de cuánto implicará mitigar esos efectos.
Además, en los tramos 2 y 3 del
proyecto, las obras del tren arrancaron sin contar antes con la Manifestación
de Impacto Ambiental (MIA) que detallara tanto los daños ecológicos previstos
con la construcción como las medidas de mitigación y restauración.
Estas son algunas de las principales
observaciones que hizo la Auditoría Superior de la Federación (ASF) al Fondo
Nacional de Turismo (Fonatur), la dependencia federal encargada de las obras
del Tren Maya, el mayor proyecto de infraestructura del gobierno de Andrés
Manuel López Obrador, en el que se prevé una inversión de casi 180 mil millones
de pesos.
En esta tercera entrega sobre la
Cuenta Pública 2020, la ASF hizo hasta ocho auditorías de diferente tipo al
Tren Maya, entre las cuales dedicó una revisión a la vertiente ambiental del
megaproyecto.
“El Fonatur no contó con registros
estadísticos sobre la ejecución de las actividades y obras relacionadas con las
medidas de mitigación, prevención y/o compensación de los factores ambientales,
flora, fauna, aire, e hidrología subterránea”, añadió la Auditoría, que también
apuntó que el Fonatur, al menos hasta 2020, no había tampoco establecido una
instancia que coordine de manera integral el desarrollo del proyecto, “a fin de
que este se realice con criterios de sustentabilidad”.
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