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lunes, 28 de marzo de 2022

¿Perdió fuerza el Secretario de Gobierno y se va?


Como nada es permanente y puede haber cambios de la noche a la mañana –la política es un claro ejemplo de eso- vemos por estos días movimientos en el plano nacional y estatal.


Ahí está lo que sucede con las gubernaturas en juego este año. Parecía que Morena arrasaría, que solo le dejaría Aguascalientes al PAN, pero el partido en el poder desea algo muy importante para su jefe y el PRI quiere llegar con al menos una gubernatura al 2024.


En Tamaulipas hay aspectos no claros. El gobernador Francisco García Cabeza de Vaca actúa como si nada debiera y los del poder en Morena no le han respondido como suelen hacerlo en estos casos.


Ya les quitó el control del Congreso local -como ellos lo han quitado en otros lados- y desde antes de las elecciones del año pasado desató una represión como la que se ha visto en otras latitudes y sigue ganando terreno.


Hay que recordar que el gobernador tamaulipeco estuvo cerca de ser desaforado y encarcelado, pero movió sus fichas y lo impidió. Luego, tras ser acusado de todo, hasta pudo tomarse una foto con el presidente López Obrador.


Hay arreglo, se pensó en ese momento. Su tranquilidad por la gubernatura para Morena.


Sin embargo, en estos días pareciera que va encaminado a hacer perder a Morena y al candidato Américo Villarreal -su padre Américo Villarreal Guerra fue gobernador priista de 1987 a 1993- en Tamaulipas.


En Hidalgo también están dando un giro los pronósticos. Uno de los gobernadores priistas más colaboradores con la 4T ha sido Omar Fayad –el primer lugar lo tiene el de Oaxaca, Alejandro Murat- y no se veía forma de que el PRI pudiera retener la gubernatura hidalguense, pero todo puede cambiar.


La 4T quiere la reforma eléctrica, es clave para sus planes, y el PRI tiene los votos para que se concrete.


Morena quiere ya esa reforma y el PRI dice espérate. Primero la elección en Hidalgo y después la reforma. ¿Por qué será?


Mientras tanto en el vecino estado huasteco ha ocurrido lo impensable entre priistas. Afirman que están trabajando en conjunto prácticamente todos los grupos para hacer ganar a Carolina Viggiano, cuyo esposo es Rubén Moreira el exgobernador de Coahuila.


Aseguran que han hecho a un lado sus rivalidades y actualmente hacen labor lo mismo Miguel Ángel Osorio Chong que los Rojo y otros.


Si ganan puede uno suponer por dónde irá el voto de la mayoría de los priistas en la Cámara de Diputados. Si pierden en Hidalgo la reforma eléctrica se habrá complicado.


Y acá en Veracruz ha llamado la atención que el secretario de Gobierno, Patrocinio Cisneros, esté retraído de los escenarios políticos.


Unos creen que está por irse del gobierno y otros que perdió fuerza, misma que dicen ha ganado el diputado Juan Javier Gómez Cazarín.


Sí llama la atención el comportamiento actual porque el secretario de Gobierno más que estar en todo, lo daba a conocer.


Pero el tiempo cambia perspectivas. Vemos también ahora a un Gobernador más en lo suyo, por lo tanto todos los de su gabinete tienen que adaptarse a las nuevas circunstancias.


Así que el secretario de Gobierno simplemente se habría adecuado a los nuevos tiempos.


En ningún gobierno se ha dado el caso de que el gobernador en turno no termine ejerciendo a plenitud el poder que le da el cargo.


Tendrán hombres o mujeres fuertes, a su conveniencia, pero éstos se van cuando su jefe decide tomar el control.


El más claro ejemplo de esto sucedió con Agustín Acosta Lagunes, quien en los primeros años de su mandato solía decir que él veía la parte económica para hacer crecer a Veracruz y que la grilla se la dejaba a su subsecretario y luego secretario de Gobierno, Ignacio Morales Lechuga.


Acosta Lagunes terminó controlando todo. Los pesos y la política. Así es esto del poder.


Cisneros –analizado ese ejemplo y muchos otros, como el reciente de Julio Scherer Ibarra- ya habría visto la conveniencia de mantener su influencia, pero estando ubicado en otro plano.